El mundo de la música está de luto. Este martes 6 de agosto de 2025, falleció en Nueva York el pianista, compositor y director de orquesta Eddie Palmieri, a los 88 años. Considerado uno de los grandes innovadores del jazz latino y la salsa, su legado queda grabado en los ritmos que transformaron la música latina en Estados Unidos y en el mundo.
Nacido en el Bronx el 15 de diciembre de 1936, de padres puertorriqueños, Palmieri creció rodeado de música. Su hermano mayor, el también reconocido Charlie Palmieri, fue su primera inspiración y mentor. A los 14 años, Eddie ya tocaba profesionalmente. A los 25, formó la agrupación La Perfecta, revolucionando el sonido tradicional con una sección de trombones en lugar de violines, lo que le dio un sello poderoso y único.
Palmieri no solo rompió esquemas en la salsa. Su fusión de ritmos afrocubanos con jazz y su inclinación por la improvisación lo convirtieron en un pionero. A lo largo de su carrera, recibió múltiples premios Grammy, empezando en 1975 con “The Sun of Latin Music”, el primer álbum latino en ganar ese reconocimiento. Luego llegaron más galardones con discos como “Unfinished Masterpiece”, “Palo Pa’ Rumba”, “La Verdad” y “Simpático”.
Más allá de los premios, Palmieri era un símbolo de resistencia cultural. Su música tenía un mensaje, una identidad, una raíz. Tocaba con fuerza, con alma, con swing. Su estilo al piano era explosivo y elegante a la vez. En el escenario, nunca pasaba desapercibido.
Incluso en sus últimos años, Eddie seguía presentándose en conciertos, grabando discos y compartiendo su sabiduría con músicos jóvenes. Su compromiso con la música nunca se apagó. “No estoy regresando, nunca me fui”, decía con una sonrisa en entrevistas recientes.
Hoy, su partida deja un vacío inmenso en la música latina, pero también una huella imborrable. Palmieri fue más que un pianista: fue un arquitecto del sonido latino, un rebelde del compás, un maestro del ritmo.
