El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, usó su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas para lanzar críticas tanto contra la propia organización como contra gobiernos extranjeros, dejando claro que su política de mano dura en inmigración y seguridad seguirá siendo central en su Administración.
En los primeros minutos de su discurso, Trump cuestionó la efectividad de la ONU, alegando que el organismo no le ha ayudado en su objetivo de poner fin a las guerras en el mundo. A continuación, agradeció al Gobierno de El Salvador por colaborar con Estados Unidos en la detención de migrantes. “Quiero agradecer al país de El Salvador por el exitoso y profesional trabajo que han hecho al recibir y encarcelar a tantos criminales que entraron a nuestro país”, dijo desde el podio.
Trump defendió sus acuerdos con gobiernos aliados para realizar deportaciones rápidas, afirmando: “Si entras ilegalmente a los Estados Unidos, irás a la cárcel, o regresarás al lugar de donde viniste, o tal vez incluso más lejos”. El Departamento de Estado había confirmado previamente que Washington pagó 4,76 millones de dólares a El Salvador para apoyar el encarcelamiento de migrantes, en su mayoría venezolanos, en el controvertido Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).
En materia internacional, Trump también exigió a los países europeos que pongan fin a sus compras de gas y petróleo ruso, asegurando que esa dependencia energética “es vergonzosa” mientras intentan contener la invasión rusa en Ucrania.
Además, denunció que el reconocimiento del Estado palestino por parte de algunos gobiernos equivale a “recompensar a Hamás”, lo que, según él, socava los esfuerzos de seguridad en Medio Oriente.
Su discurso dejó claro que, a pocos meses de cumplirse un año de su regreso a la Casa Blanca, Trump apuesta por endurecer las deportaciones, presionar a sus socios europeos y cuestionar los consensos internacionales, en una Asamblea marcada por tensiones globales.
