El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está evaluando la posibilidad de invocar la Ley de Insurrección, una norma que permitiría desplegar tropas militares en el país para contener protestas o disturbios, confirmó este domingo el vicepresidente JD Vance en una entrevista con la cadena NBC.
“Por ahora, no ha sentido que tenga que hacerlo”, explicó Vance, aunque subrayó que todas las opciones siguen sobre la mesa.
Las declaraciones se producen poco más de una semana después de que Trump insinuara que no descarta aplicar esta legislación para sofocar las manifestaciones contra el despliegue de agentes federales en Chicago, parte de su nueva campaña de redadas migratorias.
Consultado sobre si planeaba invocar la ley —considerada uno de los poderes de emergencia más amplios del Ejecutivo—, Trump respondió: “Ya se ha invocado antes”.
“Si miran a Chicago, es una gran ciudad donde hay mucha delincuencia, y si el gobernador (de Illinois, JB Pritzker) no puede hacer el trabajo, nosotros lo haremos”, advirtió desde el Despacho Oval durante una reunión con el primer ministro canadiense, Mark Carney.
La Ley de Insurrección de 1807 permite al presidente desplegar fuerzas armadas dentro del país sin autorización del Congreso, bajo el argumento de restaurar el orden público cuando las autoridades locales no puedan hacerlo.
Aunque no equivale a una ley marcial, su aplicación es polémica porque no define límites claros sobre cuándo y dónde puede ser utilizada, otorgando al mandatario un margen de discrecionalidad amplio.
La última vez que se aplicó fue en 1992, bajo el mandato de George H. W. Bush, durante los disturbios de Los Ángeles, provocados por la absolución de cuatro policías que golpearon brutalmente al afroamericano Rodney King.
