Trabajadores surcoreanos detenidos en EE.UU. aterrizaron este viernes en Corea del Sur tras ser repatriados luego de la redada migratoria en una planta de Hyundai en Georgia. El caso ha generado malestar en Seúl y podría impactar en futuros acuerdos comerciales entre ambos países.
Llegada a Incheon
El vuelo chárter de Korean Air procedente de Atlanta llegó al Aeropuerto Internacional de Incheon alrededor de las 15.30 hora local, con 330 pasajeros a bordo, incluidos 14 extranjeros. Según la agencia Yonhap, entre los repatriados había 306 hombres y 10 mujeres surcoreanos, además de una embarazada. Todos ellos aceptaron la “salida voluntaria”, excepto un trabajador que decidió permanecer en Estados Unidos.
Los recién llegados fueron recibidos entre aplausos y muestras de emoción por familiares y manifestantes que protestaban contra las medidas de la Administración Trump. “¡He vuelto! ¡Soy libre!”, gritó uno de los trabajadores al reencontrarse con su familia.
Operativo y consecuencias
La redada del 4 de septiembre afectó a unos 475 trabajadores acusados de exceder el tiempo de sus visados o de realizar tareas no autorizadas. Aunque Estados Unidos garantizó que no serían trasladados esposados en su regreso, las imágenes del operativo generaron indignación en Corea del Sur.
El presidente Lee Jae-myung advirtió que el incidente mina la confianza de las empresas surcoreanas en invertir en Estados Unidos, pese a los compromisos adquiridos en un pacto comercial aún pendiente de firma. Washington, por su parte, insiste en que si Seúl no ratifica el acuerdo, se mantendrán los aranceles vigentes.
Impacto empresarial
El proyecto de la planta de baterías de Hyundai y LG en Georgia se retrasará entre dos y tres meses, según confirmó José Muñoz, director ejecutivo de Hyundai Motor. Aseguró que será difícil reemplazar la mano de obra especializada repatriada, ya que “ese tipo de trabajadores no se encuentran en Estados Unidos”.
Futuro incierto
Aunque la Administración Trump ofreció a los detenidos permanecer en el país para capacitar a trabajadores locales, la mayoría rechazó la propuesta. El gesto refuerza la percepción de que no planean regresar a corto plazo.
El subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, viajará a Seúl para reunirse con el ministro de Exteriores, Cho Hyun, y abordar el futuro del sistema de visados y las repercusiones del caso.
Con esta repatriación, el destino de los trabajadores surcoreanos detenidos en EE.UU. queda en el centro de un debate que mezcla migración, política comercial y tensiones diplomáticas entre dos aliados estratégicos.
