Por Michelle Roncal
The Running Man revive un clásico con una energía moderna y brutal. Si Los Juegos del Hambre y Blade Runner tuvieran un hijo, el resultado sería esta nueva versión dirigida al público del siglo XXI. Basada en la historia del maestro del terror Stephen King, la película combina ciencia ficción, acción y crítica social en una historia que se siente inquietantemente real.
Glen Powell interpreta a Ben Richards, un hombre obligado a participar en un juego mortal transmitido en todo el mundo. Lo que comienza como una misión desesperada por sobrevivir y salvar a su familia se convierte en una revolución que desafía al sistema.
El elenco brilla con fuerza. Colman Domingo deslumbra como Bobby T., el carismático pero cruel conductor del programa, mientras Josh Brolin encarna al despiadado ejecutivo que mueve los hilos desde las sombras. Del otro lado de la rebelión, Michael Cera sorprende con una actuación contenida y humana que equilibra el caos con una inesperada dosis de humor y empatía.
A pesar de un inicio algo lento, The Running Man encuentra su ritmo rápidamente. Las escenas de persecución son intensas y visualmente impactantes, recordando al público que el verdadero horror no está en la violencia, sino en la forma en que una sociedad entera la consume como entretenimiento.
Glen Powell demuestra que el género de acción aún tiene héroes capaces de cargar con todo el peso de una historia. Con su presencia magnética y una actuación llena de matices, confirma que puede sostener una superproducción sin perder autenticidad.
The Running Man no solo entretiene, también provoca. Es una crítica feroz al poder de los medios, a la manipulación y a la fascinación humana por el espectáculo del sufrimiento. Una película que deja al espectador con adrenalina… y con preguntas incómodas.
La película llega a los cines este viernes 14 de noviembre y promete ser uno de los estrenos más comentados del año, una experiencia que mezcla acción, sátira y un mensaje más actual que nunca.
