¿La mejor receta de galletas de chocolate? Aquí está.

No es una exageración. Esta receta ha sido perfeccionada a partir de las favoritas de chefs, reposteros y miles de amantes de las galletas alrededor del mundo. Combina el toque crujiente de los bordes con el centro suave y cremoso, un equilibrio de azúcares que carameliza justo donde debe, y montones de chispas de chocolate que se derriten en cada bocado.

No necesitas una batidora profesional ni una tienda de repostería gourmet. Solo buena mantequilla, un poco de paciencia (refrigera la masa, confía), y el deseo de que la casa huela a gloria.

Prepárate para hacer la receta que tus lectores van a guardar, compartir, y defender con pasión como “la mejor”.

Ingredientes

2 1/4 tazas de harina de trigo todo uso
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1/2 cucharadita de sal
1 taza de mantequilla sin sal (a temperatura ambiente o derretida y enfriada)
3/4 taza de azúcar blanca
3/4 taza de azúcar morena oscura
2 huevos grandes
2 cucharaditas de extracto de vainilla
2 tazas de chispas de chocolate semi amargo
1 taza de nueces picadas (opcional, pero recomendadas)

Preparación

Precalienta el horno a 175°C (350°F) y prepara una bandeja con papel pergamino.
Mezcla la harina, bicarbonato y sal en un tazón mediano.
En otro tazón, bate la mantequilla con ambos azúcares hasta que esté cremosa. Agrega los huevos uno a uno y luego la vainilla.
Incorpora los ingredientes secos poco a poco. No sobre mezcles.
Agrega las chispas de chocolate (y las nueces si usas). Mezcla suavemente.
Cubre y refrigera la masa por al menos 30 minutos (o hasta 24 horas si puedes).
Con una cuchara para helado o dos cucharas, forma bolitas y colócalas separadas en la bandeja.
Hornea de 11 a 13 minutos, hasta que los bordes estén dorados pero el centro aún suave.
Deja enfriar 5 minutos y transfiere a una rejilla.

Consejos secretos para que salgan perfectas

No omitas el reposo en la nevera: da mejor textura y sabor.
Si usas mantequilla dorada (brown butter), el sabor se vuelve más intenso y nuezado.
Una pizca de sal marina gruesa encima antes de hornear las lleva al siguiente nivel.
Usa una mezcla de chispas: semi amargo, leche y un poco de chocolate oscuro para variedad.

Estas no son galletas. Son una experiencia.

No estamos aquí para hacer cualquier galleta. Estamos aquí para que cada persona que las pruebe te diga: “¿Dónde compraste esto?” y tú respondas con una sonrisa: “Las hice yo.” Esta receta se convierte en favorita, en tradición familiar, en estrella de fiestas y excusa para volver a encender el horno una y otra vez.

Hazlas una vez y te aseguro que vas a necesitar duplicar la receta la próxima.