Giorgio Armani, uno de los diseñadores más influyentes y respetados del mundo de la moda, falleció este jueves a los 91 años en Milán, acompañado de su familia y de su compañero de vida, Leo Dell’Orco, según informó su grupo empresarial.
La casa de moda anunció en un comunicado que Armani murió “tranquilamente, rodeado de sus seres queridos” y recordó que trabajó incansablemente hasta sus últimos días, dedicado a sus colecciones y proyectos. Pocas semanas antes había estado hospitalizado por una infección pulmonar que lo obligó a convalecer en su casa de Via Borgonuovo, lo que le impidió asistir al desfile masculino de alta costura en junio, algo muy poco habitual para él.
Conocido como “el rey Giorgio”, Armani revolucionó la moda en la década de 1970 con su chaqueta desestructurada, que rompió con la rigidez de la sastrería masculina, y con trajes femeninos de corte andrógino que otorgaban poder y libertad a las mujeres. Su paleta de colores neutros, especialmente el característico “greige” y el azul noche, marcaron tendencia durante décadas.
Su firma celebró en 2024 medio siglo de existencia, consolidándose como un raro ejemplo de independencia creativa en un sector dominado por conglomerados internacionales. Armani logró equilibrar su visión artística con un liderazgo empresarial sólido, manteniendo su marca fiel a la esencia con la que comenzó junto a su socio Sergio Galeotti en 1975.
El diseñador también supo tender puentes con Hollywood, vistiendo a estrellas en películas y alfombras rojas, e introduciendo el uso del product placement en el cine. Actores como Jodie Foster, Cate Blanchett, Naomi Watts y Helen Mirren fueron solo algunos de los que lucieron sus creaciones.
Según sus deseos, se instalará una capilla ardiente en el Armani Teatro de Milán los días 6 y 7 de septiembre, y se celebrará un funeral privado. Con su partida, el mundo de la moda pierde a un creador que redefinió la elegancia contemporánea y que seguirá siendo un referente eterno.