El Buró Federal de Investigaciones (FBI) confirmó este jueves que Joshua Jahn, de 29 años, fue el responsable del ataque armado contra las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dallas, Texas. El tiroteo dejó un inmigrante muerto, dos heridos graves y culminó con la muerte del propio atacante, quien se quitó la vida.
Durante una conferencia de prensa, el agente del FBI Joe Rothrock aseguró que Jahn “actuó solo” y que el rifle usado en el ataque había sido adquirido legalmente en agosto pasado. Se trataba de un arma de cerrojo de ocho milímetros, con la que disparó desde la terraza de un edificio cercano contra una camioneta que transportaba detenidos. Las balas también impactaron ventanas del edificio federal, aunque sin herir a ningún trabajador.
La fiscal del Distrito Norte de Texas, Nancy Larson, detalló que en una nota manuscrita Jahn dejó escrito: “sí, fui solo yo y mi cerebro”. Los investigadores sostienen que el ataque fue planificado con meses de anticipación, ya que el agresor recopiló direcciones de oficinas del ICE y siguió aplicaciones que reportaban la presencia de operativos en Dallas.
Aunque el presidente Donald Trump responsabilizó a la “izquierda radical” por el ataque, las autoridades aclararon que no existe evidencia que vincule a Jahn con algún grupo político o movimiento específico. Sus familiares y excompañeros de estudio también afirmaron que nunca expresó opiniones políticas ni mencionó al ICE de manera pública.
Los manuscritos hallados señalan que su objetivo era “causar daño” y aterrorizar a los agentes migratorios. El atacante, además, habría borrado rastros digitales de sus dispositivos como parte de la preparación de su plan.
Hasta ahora no se han revelado las identidades del inmigrante fallecido ni de los heridos, ya que las autoridades están en proceso de notificar a sus familiares y a los gobiernos de sus países de origen.