Los nuevos aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entraron en vigor este miércoles, en lo que representa un endurecimiento de su estrategia comercial. La medida fija un 100 % de gravamen a los medicamentos fabricados en el extranjero y un 25 % a los camiones pesados importados.
Trump ha defendido estos aranceles como una forma de obligar a las farmacéuticas a invertir en territorio estadounidense y aumentar la producción nacional de medicinas esenciales. También afirmó que busca reducir los costos de los medicamentos para los ciudadanos, aunque especialistas han puesto en duda que esa meta se cumpla.
Los aranceles no se aplicarán a medicamentos genéricos ni a farmacéuticas que ya tengan proyectos de construcción de fábricas en marcha. Grandes compañías como Pfizer y Eli Lilly anunciaron inversiones que podrían eximirlas de las nuevas tasas.
En el caso de los camiones pesados, la medida apunta sobre todo a importaciones de China, Vietnam y Tailandia, que representan más del 70 % del mercado estadounidense. Por el contrario, los vehículos provenientes de México y Canadá, dentro del marco del T-MEC, quedarían prácticamente al margen de este impacto.
Trump también decidió aplazar hasta el 14 de octubre los aranceles previstos para el mobiliario, que llegarán al 30 % en muebles tapizados y hasta el 50 % en gabinetes de cocina y tocadores de baño a partir de 2026.
La Casa Blanca aclaró que se mantendrán vigentes acuerdos con socios como la Unión Europea y Japón, que limitan los aranceles al 15 %. Esto da un respiro a farmacéuticas europeas como AstraZeneca, GSK, Novartis, Sanofi y Novo Nordisk.
Con estas medidas, el mandatario refuerza su política proteccionista y coloca a Estados Unidos en el centro de una nueva etapa de tensiones comerciales globales.