El 25 de mayo de 2003, un avión comercial modelo Boeing 727-223 despegó sin autorización del aeropuerto internacional Quatro de Fevereiro en Luanda, capital de Angola. No emitió señales, no comunicó intenciones y, lo más desconcertante: nunca más fue visto. El aparato, registrado bajo la matrícula N844AA, había pertenecido anteriormente a American Airlines, pero tras …
El avión fantasma de Angola: la desaparición inexplicable del Boeing 727

El 25 de mayo de 2003, un avión comercial modelo Boeing 727-223 despegó sin autorización del aeropuerto internacional Quatro de Fevereiro en Luanda, capital de Angola. No emitió señales, no comunicó intenciones y, lo más desconcertante: nunca más fue visto.
El aparato, registrado bajo la matrícula N844AA, había pertenecido anteriormente a American Airlines, pero tras años de servicio fue adquirido por una compañía de leasing aéreo en Estados Unidos. Durante meses estuvo abandonado en el aeropuerto africano, acumulando deudas y polvo. Según informes, había sido modificado para transportar combustible, y todos los asientos de pasajeros habían sido removidos.

Aquella tarde, dos personas subieron a bordo. Uno de ellos, Ben Charles Padilla, un piloto privado e ingeniero de vuelo estadounidense; el otro, John Mikel Mutantu, un mecánico de la República del Congo. Ninguno estaba oficialmente autorizado para volar un 727 —una aeronave que normalmente requiere una tripulación de tres personas. Sin embargo, el avión encendió motores, se deslizó por la pista sin luces y despegó hacia el océano sin establecer contacto con la torre de control.
Las autoridades pensaron que el avión se estrellaría en el mar. Pero nunca se encontraron restos, manchas de combustible ni señales de impacto. Ni Padilla ni Mutantu fueron localizados jamás. El caso despertó alarmas en todo el mundo, en plena era post-11 de septiembre, cuando cualquier aeronave fuera de control era vista como potencial amenaza.
Se barajaron todo tipo de teorías: desde robo con fines terroristas, hasta encubrimiento de contrabando o fraude de seguros. Incluso se investigó un supuesto avistamiento del avión en Guinea semanas después, pero fue descartado. El FBI y la CIA abrieron investigaciones formales, sin resultados. Las búsquedas se extendieron por todo el oeste de África y el Atlántico… sin una sola pista.
A más de 20 años del incidente, el N844AA sigue siendo uno de los grandes misterios de la aviación moderna. Un avión comercial no desaparece así como así —y menos sin dejar rastro. ¿Dónde está? ¿Qué pasó a bordo? ¿Fue un crimen perfecto, un accidente encubierto o una historia que alguien se encargó de enterrar?
Ninguna de estas preguntas tiene respuesta. Solo queda una verdad inquietante: un Boeing 727 despegó de Angola… y desapareció del planeta.