Carlos Alcaraz volvió a demostrar que está hecho para los grandes escenarios. Dos meses después de caer en la final de Wimbledon, el murciano levantó su sexto título de Grand Slam tras vencer a Jannik Sinner en Nueva York, resultado que también lo devuelve al primer puesto del ranking mundial.
El triunfo no fue casualidad. Tras la derrota en Londres, Alcaraz tomó un breve descanso y trabajó a fondo en su juego, especialmente en el saque, un aspecto que se convirtió en su arma decisiva durante el torneo. En el US Open apenas cedió tres juegos con su servicio y solo perdió un set en todo el campeonato.
Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, destacó la capacidad de adaptación de su pupilo: “Carlos corrige rápido, aprende en muy poco tiempo y eso lo convierte en un jugador único”. Esa evolución sorprendió incluso a Sinner, que partía como favorito en la final y terminó reconociendo que su rival había sido “más preciso y sin fisuras”.
El camino en Nueva York incluyó victorias de peso, como la conseguida en semifinales ante Novak Djokovic, a quien derrotó con autoridad. Con este título, Alcaraz alcanza los 11.540 puntos en la clasificación ATP, superando a Sinner, que queda con 10.780.
El español, de apenas 22 años, ya suma 23 títulos en su carrera, seis de ellos de Grand Slam. “Recuperar el número uno es un sueño. Hacerlo el mismo día que conquisto otro grande lo hace todavía más especial”, declaró tras el partido.
La temporada apunta a ser favorable para el murciano, que defiende pocos puntos en lo que resta del año, mientras que su gran rival italiano deberá proteger resultados importantes en Shanghái y en las Finales ATP. Todo indica que el dominio de Alcaraz en la cima del tenis apenas comienza.
