Florida estableció este martes un nuevo récord en la aplicación de la pena de muerte, al ejecutar a Victor Jones, de 64 años, en la prisión estatal de Raiford. El hombre había sido condenado por el asesinato de Jacob y Matilda Nestor en 1990, apenas dos días después de comenzar a trabajar para ellos en su negocio de ingeniería en Miami.
Jones fue declarado muerto a las 18:13 horas tras recibir la inyección letal. Con su ejecución, Florida alcanzó 13 muertes en lo que va de 2025, la cifra más alta registrada en el estado desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos reinstauró la pena capital en 1976. El récord anterior era de ocho ejecuciones en 2014.
El caso generó controversia por las peticiones de clemencia. Los abogados de Jones alegaron que sufría discapacidad intelectual con coeficientes de apenas 70 puntos, además de los severos abusos vividos en su adolescencia en la Escuela de Florida para Muchachos, donde en 2024 el estado reconoció oficialmente que existieron maltratos sistemáticos. Sin embargo, todas las apelaciones fueron rechazadas por los tribunales, incluida la Corte Suprema estatal.
Florida encabeza la lista de ejecuciones en EE.UU., seguida por Texas con cinco y Carolina del Sur y Alabama con cuatro cada uno, según datos del Death Penalty Information Center. En total, 34 reos han sido ejecutados en 10 estados del país en 2025, la cifra más alta desde 2014.
El gobernador Ron DeSantis ha firmado 15 órdenes de ejecución este año y mantiene otras dos programadas para octubre. Organizaciones civiles y religiosas denuncian que este repunte de la pena de muerte refleja un endurecimiento de la política penal y contradice los esfuerzos previos de limitar su uso en el país.