Pocas historias combinan misterio, historia y superstición como la de la maldición de Tutankamón. En 1922, el arqueólogo británico Howard Carter descubrió la tumba casi intacta del joven faraón en el Valle de los Reyes, un hallazgo que cambió la arqueología para siempre. Pero poco después, una serie de muertes inesperadas entre quienes participaron en la excavación encendió el mito de una maldición egipcia que aún hoy fascina al mundo.
El primero en morir fue Lord Carnarvon, mecenas de la expedición, quien falleció en 1923 tras ser picado por un mosquito. La prensa británica, siempre ávida de titulares sensacionalistas, habló de “la venganza del faraón”. Pronto, cualquier suceso extraño se atribuyó a la maldición de Tutankamón: un canario devorado por una cobra, cortesanos enfermos, y accidentes misteriosos que parecían seguir a quienes habían entrado en la tumba.
La idea no era nueva. En los textos funerarios del Antiguo Egipto se mencionaban advertencias destinadas a proteger las tumbas reales, pero no existía una inscripción específica en la tumba de Tutankamón. Fue la imaginación moderna la que convirtió esas supersticiones en leyenda. Los periódicos del siglo XX aprovecharon el misterio para alimentar la fascinación occidental por el antiguo Egipto, mezclando ciencia con terror.
Con el tiempo, los investigadores demostraron que la mayoría de los supuestos “afectados” vivieron muchos años después del hallazgo. Howard Carter, de hecho, murió en 1939, 17 años más tarde. Estudios posteriores sugirieron que algunos de los síntomas pudieron deberse a bacterias o mohos antiguos presentes en la tumba, no a fuerzas sobrenaturales. Sin embargo, la maldición de Tutankamón ya había dejado su huella en la cultura popular, inspirando películas, novelas y teorías paranormales.
Hoy, el mito sigue vivo no por su base científica, sino por lo que representa: el poder del misterio, el temor a lo desconocido y el respeto hacia las civilizaciones que aún nos superan en enigmas. En el fondo, la maldición de Tutankamón es menos una historia de venganza y más una advertencia eterna sobre lo que ocurre cuando el hombre perturba el descanso de los dioses.











