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Desnivel: el proyecto que convierte negocios de Nueva York en galerías de arte improvisadas

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La encargada del proyecto artístico Desnivel, María de Victoria, lava su ropa frente a una obra colgada de la artista Gloria Maximo en una lavandería este viernes, en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares

En el East Village de Nueva York, lavar la ropa o hacer fila en una ferretería puede convertirse en una experiencia artística. Ese es el objetivo de Desnivel, un proyecto cultural que transforma negocios cotidianos en galerías improvisadas, acercando el arte a la vida diaria de los neoyorquinos y ofreciendo nuevas oportunidades a artistas emergentes.

La iniciativa ha logrado cambiar el paisaje urbano de este barrio, conocido por su espíritu bohemio. Ahora, los visitantes pueden contemplar arte entre lavadoras, secadoras y estantes de herramientas, todo mientras los comerciantes locales reciben apoyo económico por ceder sus espacios.

Arte entre lavadoras y detergentes

Una de las primeras sedes del proyecto es la lavandería JJ Cleaners & Laundromat, un negocio familiar abierto hace más de 30 años. En sus muros, donde antes solo había carteles informativos, cuelgan hoy las obras de Gloria Maximo, una artista cuyas pinturas minimalistas exigen una observación paciente.

“A veces la gente cree que el lienzo está en blanco, pero distintas luces revelan nuevas formas y texturas”, explica Maximo. “Una luz cálida muestra la cuadrícula con más claridad; con luz fría puede tomar hasta quince minutos verla completa”.

El encargado del local, William Luo, afirma que la respuesta del público ha sido positiva. “Hemos visto llegar a mucha gente nueva, incluso de Brooklyn. Hay clientes que no venían desde hace años y regresaron solo para ver las obras”, comenta.

Las piezas están a la venta, y la artista recibirá el 90 % de las ganancias, una proporción inusual en el mercado del arte neoyorquino, donde las galerías suelen quedarse con hasta el 60 %.

El arte como parte del día a día

La creadora del proyecto, María de Victoria, nació en Perú y llegó a Estados Unidos a los 11 años. Su propósito con Desnivel es romper la distancia entre el arte y la gente común, integrando las obras en lugares cotidianos.

“En una galería tradicional, la gente pasa poco tiempo frente a las piezas. En cambio, aquí, mientras esperas una hora a que se lave tu ropa, puedes leer el texto, observar con calma y volver la próxima semana a descubrir algo nuevo”, explica De Victoria.

El proyecto también ha llevado el arte a otros espacios poco convencionales. “En una bodega, el artista Juan Heredia colocó sus pinturas en las puertas de las neveras. Fue interesante ver cómo los clientes se daban cuenta poco a poco de que estaban rodeados de arte”, cuenta.

Un puente entre el arte y la comunidad

Además de impulsar a los artistas, Desnivel ayuda a los negocios tradicionales del East Village, que enfrentan el aumento del costo de vida en Manhattan. El proyecto paga a los comercios por utilizar sus espacios y los convierte en puntos de encuentro cultural.

La muestra actual, titulada Service, permanecerá en la lavandería hasta el 15 de noviembre. En diciembre, Desnivel abrirá una nueva exposición en la consulta de una tarotista, y en enero se trasladará a un salón de belleza donde se harán manicuras mientras se exhibe arte audiovisual.

“Desnivel es un puente para todos: para quienes quieren aprender de arte, para los artistas que buscan crecer y para los negocios que ven cómo su espacio cobra nueva vida”, resume De Victoria.

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