Mousse de frambuesa: un postre suave, fresco y lleno de sabor

Un postre que enamora con cada cucharada

Hay postres que gritan sofisticación sin necesidad de complicarse, y el mousse de frambuesa es uno de ellos. Su textura aireada, su color vibrante y ese sabor natural ligeramente ácido lo hacen irresistible, tanto en verano como en cualquier momento del año. Esta receta es rápida, sin horno, y perfecta si quieres impresionar a tus invitados o simplemente darte un gusto dulce y ligero.

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Ingredientes (4 porciones)

• 250 g de frambuesas frescas o congeladas
• 1/2 taza (100 g) de azúcar
• 1 cucharadita de jugo de limón
• 1 cucharada de gelatina sin sabor (7 g aprox.)
• 2 cucharadas de agua fría
• 1 taza (250 ml) de crema para batir (nata para montar), bien fría

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Preparación paso a paso

1. Prepara el puré de frambuesa

Coloca las frambuesas, el azúcar y el jugo de limón en una cacerola pequeña. Cocina a fuego medio hasta que las frambuesas se deshagan (unos 5-7 minutos). Luego pasa la mezcla por un colador para quitar las semillas. Deja enfriar.

2. Hidrata la gelatina

En un pequeño recipiente, mezcla la gelatina con el agua fría y deja reposar 5 minutos. Luego caliéntala unos segundos en el microondas o al baño maría hasta que se disuelva completamente (no debe hervir).

3. Mezcla el puré con la gelatina

Agrega la gelatina disuelta al puré de frambuesa y mezcla bien. Deja que la mezcla esté a temperatura ambiente (no caliente).

4. Bate la crema

Bate la crema para batir hasta formar picos suaves (no tan firme como chantilly). Incorpora el puré con movimientos envolventes hasta obtener una mousse homogénea.

5. Sirve y enfría

Reparte en copas o vasos individuales. Refrigera al menos 3 horas (idealmente 4 o más) antes de servir.

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Opcional para decorar:

• Frambuesas frescas
• Hojas de menta
• Un poco de chocolate blanco rallado o coco seco

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Ligera, elegante y con sabor natural

Este mousse de frambuesa es el postre ideal cuando quieres algo dulce pero no empalagoso. Su textura esponjosa y su sabor equilibrado lo convierten en una opción ideal para cenas especiales, celebraciones o simplemente para consentirte. Además, es fácil de personalizar: puedes agregarle un toque de licor, combinarlo con chocolate o presentarlo en capas con otros postres.

Con pocos ingredientes y mucho encanto, este mousse es un sí rotundo.