Un desayuno digno de un chef francés Esta receta tiene sus raíces en la cocina clásica francesa y ha sido perfeccionada por chefs de renombre como Jacques Pépin, quien defendía el arte de cocinar huevos lentamente para resaltar su sabor y textura naturales. También es una técnica amada por Joël Robuchon, el chef con más estrellas Michelin …
Œufs Brouillés – Huevos revueltos franceses cremosos: receta lenta y deliciosa en 30 minutos

Un desayuno digno de un chef francés
Esta receta tiene sus raíces en la cocina clásica francesa y ha sido perfeccionada por chefs de renombre como Jacques Pépin, quien defendía el arte de cocinar huevos lentamente para resaltar su sabor y textura naturales. También es una técnica amada por Joël Robuchon, el chef con más estrellas Michelin en la historia, quien creía que los huevos bien hechos eran una muestra del verdadero talento de un cocinero.
Estos no son los típicos revueltos secos que haces en dos minutos. Aquí se trata de una preparación lenta, casi meditativa, que transforma unos simples huevos en una experiencia cremosa, lujosa y profundamente reconfortante. El secreto está en la mantequilla, el calor mínimo y el movimiento constante.
¿Vale la pena esperar 30 minutos por un plato de huevos? Absolutamente. Es una receta ideal para un brunch de fin de semana, cuando tienes tiempo para consentirte (o impresionar a tus invitados con algo que parece sacado de un restaurante con estrella Michelin). Sirve con pan artesanal y una buena taza de café, y tendrás el desayuno más elegante del mes.
Ingredientes (para 2 porciones pequeñas o 1 porción generosa)
- 4 huevos grandes
- 4 cucharadas (60 g) de mantequilla sin sal (¡sí, de verdad!)
- Sal marina fina al gusto
- Pimienta blanca o negra recién molida (opcional)
- Cebollín o estragón fresco (opcional, para decorar)
- Pan tostado de buena calidad para acompañar
Preparación detallada (30 minutos)
- Batir los huevos:
En un bowl mediano, rompe los huevos y bátelos con un tenedor o batidor de globo solo hasta que estén completamente mezclados, sin incorporar aire. No añadas sal todavía. - Fuego muy bajo, mantequilla generosa:
Coloca una sartén pequeña o una cacerola de fondo grueso a fuego muy bajo. Añade toda la mantequilla y deja que se derrita lentamente sin que burbujee. - Cocinar lentamente los huevos:
Vierte los huevos en la sartén con la mantequilla derretida. Comienza a revolver sin parar con una espátula de silicona o cuchara de madera, raspando el fondo y los bordes constantemente. - La parte zen:
Este paso lleva entre 20 y 30 minutos. La mezcla pasará de líquida a cremosa muy lentamente. No subas el fuego. Si notas que empieza a pegarse o secarse, retira unos segundos del fuego, sigue revolviendo, y vuelve a colocarlo. - Textura ideal:
Están listos cuando tienen una textura parecida a una natilla suave (tipo pudding caliente). Agrega sal al gusto al final para evitar que se endurezcan durante la cocción. - Servir inmediatamente:
Sirve sobre pan tostado caliente, decora con cebollín picado o un toque de hierbas frescas. También puedes añadir una pizca de queso rallado al final si deseas acentuar ese sabor tipo “cheesy”.
Consejos clave
- Usa huevos de buena calidad, preferiblemente orgánicos o de gallinas libres.
- El sartén debe tener fondo grueso. Las cacerolas de cobre o antiadherentes de buena marca funcionan muy bien.
- Puedes añadir una cucharada de crème fraîche al final para más cremosidad.
- Evita cocinar grandes cantidades a la vez. Es mejor hacer pequeñas porciones.
Una obra de arte para el desayuno
Estos huevos revueltos franceses no son rápidos, pero son una verdadera declaración de amor al desayuno. Son ideales para un brunch elegante, una mañana de domingo sin prisas, o para impresionar a alguien especial. Créeme, valen cada segundo.