Una fortuna enterrada en la basura
James Howells, un especialista en informática de Newport, Gales, tiró accidentalmente en 2013 un disco duro que contenía las claves de acceso a 8,000 bitcoins. En ese entonces, la criptomoneda no tenía el valor de hoy, pero con el paso del tiempo, su pérdida se convirtió en una tragedia millonaria: hoy esa billetera equivaldría a más de 900 millones de dólares.
Durante más de doce años, Howells ha luchado por recuperar ese disco duro enterrado en el vertedero municipal. No ha sido una misión sencilla. Propuso usar robots, inteligencia artificial, rayos X e incluso drones para escanear los residuos, todo con financiación privada y sin costo para el gobierno local.
El final de una búsqueda imposible
A pesar de su perseverancia, las autoridades locales negaron sistemáticamente los permisos necesarios. Alegaron razones ambientales, riesgos legales y poca viabilidad del proyecto. En enero de 2025, el Tribunal Superior del Reino Unido falló en su contra, diciendo que no había “ninguna posibilidad realista” de recuperar el disco bajo las leyes actuales.
Y ahora, en agosto de 2025, James Howells ha anunciado públicamente que abandona su búsqueda. Su fortuna digital seguirá enterrada bajo toneladas de basura, tal vez ya dañada sin posibilidad de recuperación.
Un documental sobre su odisea
Pero la historia no termina ahí. El caso de Howells ha captado la atención internacional y se está produciendo un documental titulado “The Buried Bitcoin”, que promete narrar todos los giros insólitos de esta odisea tecnológica. Su estreno está previsto para finales de este año.
