La cancelación del programa nocturno Jimmy Kimmel Live! por parte de ABC tras un comentario sobre el asesinato del activista ultraconservador Charlie Kirk provocó una ola de reacciones que va mucho más allá de Hollywood. Figuras del cine, sindicatos y políticos demócratas denunciaron la medida como un ataque a la libertad de expresión.
Jean Smart, recién ganadora de un Emmy por la serie Hacks, dijo estar “horrorizada” con la decisión y defendió que lo expresado por Kimmel fue libre expresión, no discurso de odio. Ben Stiller escribió en redes sociales: “Esto no está bien”, mientras que Alison Brie calificó la decisión de “surrealista y aterradora”.
Otros comediantes también salieron en defensa de su colega. Michael Kosta, de The Daily Show, consideró que se trata de “un momento grave en la historia de Estados Unidos”. El humorista Mike Birbiglia criticó a quienes guardan silencio: “Si eres comediante y no alzas la voz por Kimmel, no vuelvas a indignarte cuando ataquen la libertad de expresión”.
El sindicato SAG-AFTRA fue contundente: “Suspender a Jimmy Kimmel es una forma de represión que pone en peligro las libertades de todos”. La Federación de Músicos de Estados Unidos y Canadá también calificó la decisión como “censura estatal”.
Desde la política, Gavin Newsom, gobernador de California, aseguró que la medida es parte de un intento coordinado del Partido Republicano para silenciar voces críticas. El senador Chuck Schumer añadió que el caso “debería llegar a los tribunales” porque se trata de “proteger la democracia”.
El detonante fue un comentario de Kimmel tras el asesinato de Charlie Kirk el 10 de septiembre en Utah. El presentador insinuó que el acusado, Tyler Robinson, un joven de 22 años, estaba alineado con el movimiento MAGA. Ese señalamiento habría motivado la suspensión del programa, aunque para gran parte de Hollywood y el Partido Demócrata la sanción representa algo mucho más grave: un precedente peligroso contra la libertad de expresión.