El expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell declaró este jueves que el club no necesitaba pagar al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, para ganar partidos, dado que en aquellos años el equipo contaba con figuras como Leo Messi o Gerard Piqué.
Rosell y su sucesor en la presidencia, Josep Maria Bartomeu, comparecieron como investigados en la causa que indaga los 7,3 millones de euros pagados entre 2001 y 2018 a Negreira y a su hijo, Javier. Ambos respondieron únicamente a las preguntas de su defensa, según fuentes jurídicas.
Informes de asesoría, no sobornos
Los expresidentes argumentaron que cuando asumieron sus cargos, Negreira ya prestaba servicios de asesoría arbitral y que decidieron mantenerlos porque eran útiles para los entrenadores. También aseguraron que los precios eran de mercado y que cada informe no superaba los 250 euros, una cifra que, según Rosell, “no alcanzaría para comprar arbitrajes favorables”.
Rosell insistió en que, entre 2010 y 2014, el Barça no necesitaba influir en los árbitros porque disponía del “mejor equipo del mundo”. Tras la declaración, Bartomeu reforzó este punto: “No hacía falta ayuda arbitral. Teníamos a Messi, Piqué y un equipo imbatible”.
Otros implicados
Junto a los expresidentes, también declararon como imputados el exdirector de deportes profesionales Albert Soler, el exdirector ejecutivo Òscar Grau, así como Javier Enríquez (hijo de Negreira) y Ana Paula Rufas, pareja del exárbitro. Rufas se acogió a su derecho a no declarar tras ser investigada por blanqueo de capitales.
El hijo de Negreira se distanció de su padre y afirmó que desconocía los tratos con el Barça. Admitió haber elaborado más de 600 informes arbitrales y aseguró que los cobros se hacían a través de Josep Contreras, exdirectivo azulgrana, quien se quedaba con comisiones.
Próximas declaraciones
La jueza ha aplazado al 12 de diciembre las declaraciones del presidente del Barça, Joan Laporta (exculpado porque los pagos durante su etapa prescribieron), y de los exentrenadores Luis Enrique Martínez y Ernesto Valverde, consideradas claves en el cierre de la instrucción.