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Heaven’s Gate: el culto que esperaba una nave detrás del cometa

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Un vídeo producido por Heaven's Gate (grupo religioso) - Publicación original: El vídeo se publicó en algún momento de la década de 1990, antes de 1997.

El culto Heaven’s Gate nació en Estados Unidos a principios de los años setenta, cuando Marshall Applewhite, un hombre carismático pero con serios problemas de salud mental, conoció a Bonnie Nettles, una enfermera con inclinaciones espirituales. Juntos desarrollaron una doctrina que combinaba fragmentos de cristianismo, ideas de ciencia ficción y creencias “new age”. Aseguraban que eran “los dos testigos” mencionados en el Apocalipsis y que habían sido enviados a guiar a un grupo selecto hacia una existencia superior más allá de la Tierra.

Durante dos décadas reclutaron seguidores, viajando por el país y dando charlas que sonaban como un cruce entre sermones bíblicos y guiones de Star Trek. El mensaje era simple: la Tierra estaba a punto de ser “reciclada” y la única salvación era abandonar el cuerpo físico, que ellos llamaban “vehículo”. Para lograrlo, había que desprenderse de todo lo terrenal: familia, sexo, dinero y hasta la identidad personal. Los miembros adoptaban nombres nuevos, vestían de forma idéntica y vivían bajo un estricto control comunitario.

La vida en Heaven’s Gate era extraña incluso para los estándares de otros cultos. Estaban obsesionados con la pureza y la disciplina. Se alimentaban casi exclusivamente de vegetales, vivían en dormitorios colectivos y seguían horarios rígidos. Algunos incluso se sometieron voluntariamente a la castración para eliminar todo deseo sexual, convencidos de que el cuerpo era solo una carga que debían dejar atrás.

Miembros de Heaven’s Gate yacen en la sala de estar de Rancho Santa Fe tras el suicidio colectivo de 1997./Departamento del Sheriff de San Diego

El punto de quiebre llegó en 1985, cuando Bonnie Nettles murió de cáncer. Para un grupo que creía que ella ascendería físicamente a un plano superior, su muerte fue un golpe devastador. Applewhite reinterpretó la situación: dijo que Nettles ya había “trascendido” y que los demás debían seguir su ejemplo. Desde entonces, la doctrina se centró en la idea de que la verdadera liberación llegaría cuando todos abandonaran este mundo al mismo tiempo.

En 1997, la aparición del cometa Hale-Bopp pareció confirmar sus creencias. Applewhite convenció a sus seguidores de que detrás del cometa viajaba una nave espacial enviada para llevarlos a su “siguiente nivel evolutivo”. El grupo, que entonces vivía en una mansión alquilada en Rancho Santa Fe, California, se preparó meticulosamente para el momento. Entre el 24 y el 26 de marzo, 39 personas consumieron una mezcla de barbitúricos con vodka, se recostaron en literas y cubrieron sus cuerpos con telas púrpuras. Todos llevaban zapatillas negras Nike idénticas y en sus bolsillos tenían $5.75 en efectivo, supuestamente para “tarifas interestelares”.

La escena que encontraron los rescatistas fue tan ordenada como espeluznante: cuerpos alineados con calma, camas hechas en serie y el silencio absoluto de una creencia llevada al extremo. Para el mundo exterior fue una de las imágenes más perturbadoras de la década. Para ellos, era el cumplimiento de una promesa.

Lo insólito es que el legado del culto no desapareció. Hasta hoy, el sitio web oficial de Heaven’s Gate sigue activo, con su estética anticuada de los años noventa y mensajes escritos por los propios líderes antes de morir. Mantenerlo es tarea de los pocos miembros que no participaron en el suicidio colectivo. Ese rincón congelado de internet es un recordatorio incómodo de cómo el fanatismo puede trascender incluso a la muerte de sus protagonistas.

La historia de Heaven’s Gate no solo es perturbadora, también es reveladora. Muestra cómo la necesidad humana de pertenencia, de respuestas absolutas y de un sentido más grande que la vida cotidiana puede convertirse en una trampa. En su obsesión por escapar del mundo, los miembros terminaron creando uno de los capítulos más extraños, tristes y fascinantes de la historia moderna. Un culto que esperaba una nave detrás de un cometa y que, en lugar de alcanzar las estrellas, se convirtió en un mito eterno.

El Especialito

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