Un hallazgo arqueológico sin precedentes en la necrópolis real de Tanis ha permitido identificar un sarcófago hasta ahora anónimo como perteneciente al faraón Sheshonq III. La revelación se produjo tras el descubrimiento de 225 estatuillas funerarias por parte de una misión franco egipcia, un avance que los especialistas consideran el más importante en la zona desde hace ocho décadas. Según los investigadores, este conjunto de piezas permite reconstruir parte de la historia funeraria del periodo y entender mejor el complejo contexto político en el que gobernó el monarca de la dinastía XXII.
La misión, codirigida por el egiptólogo francés Frédéric Payraudeau y el arqueólogo egipcio Ahmed Nakshara, explicó que las inscripciones de las estatuillas confirman que el sarcófago de Sheshonq III fue trasladado a una pequeña tumba dentro del edificio funerario de su predecesor, Osorkon II. Hasta ahora, se creía que este faraón descansaba únicamente en una tumba individual construida durante su reinado. El hallazgo obliga a replantear la organización de la necrópolis y los motivos que llevaron al traslado del sarcófago.
Payraudeau señaló que no existen precedentes frecuentes de este tipo de reubicaciones y sugirió que la inestabilidad política, incluida una guerra civil, podría explicar la decisión. Otras hipótesis, como la protección frente a saqueos, han sido consideradas, pero ninguna se sostiene con la misma fuerza en el actual análisis.
El descubrimiento ocurrió el 9 de octubre, después de retirar capas de barro salino acumuladas por las características del terreno y la cercanía de las napas freáticas. Las excavaciones, supervisadas por el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, no tenían inicialmente como objetivo identificar al propietario de la tumba, ya que Tanis ha sufrido expolios documentados desde la época romana.
La sorpresa llegó cuando los arqueólogos encontraron las 225 figuras rodeando un sarcófago vacío de granito rosa. Las piezas, que representan tanto a figuras masculinas como femeninas, fueron extraídas tras tres días de trabajos intensos. Este tipo de hallazgo, según Payraudeau, permite reconstruir detalles perdidos del ceremonial funerario y aporta un nivel de precisión que raramente se alcanza en yacimientos saqueados.
Las estatuillas están siendo tratadas para su conservación y su futuro destino dependerá de las autoridades egipcias. Es probable que algunas se integren en la colección del Museo Egipcio de El Cairo, donde ya se exhiben importantes tesoros procedentes de Tanis.












