El salvadoreño Kilmar Ábrego García, deportado en marzo por “error” de Estados Unidos, presentó este martes una moción para frenar su juicio criminal en Tennessee. Su defensa sostiene que el proceso responde a una “persecución vengativa” de la Administración de Donald Trump.
Los abogados argumentan que Ábrego regresó el 6 de junio a EE.UU. para afrontar cargos solo como consecuencia de su exigencia de un debido proceso, luego de pasar casi tres meses en una prisión en El Salvador pese a tener un estatus que lo protegía de la deportación.
El migrante está acusado de transportar a personas indocumentadas, pero la defensa señala que altos funcionarios, incluida la fiscal general Pam Bondi y la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, han hecho declaraciones públicas contra él que muestran un sesgo político. Incluso, el juez Waverly Crenshaw ordenó en julio al Gobierno moderar los comentarios oficiales para garantizar un juicio justo.
Ábrego, residente de Maryland por más de una década junto a su esposa e hijos, pidió a la corte que lo deje volver a su hogar mientras espera el proceso. El juicio quedó programado para enero de 2026 en Nashville.