La parálisis del sueño es una experiencia inquietante que puede ocurrir justo al quedarte dormido o al despertar. Durante unos segundos o minutos, la persona es consciente de su entorno, pero no puede moverse ni hablar. A menudo, se acompaña de una fuerte sensación de presión en el pecho, dificultad para respirar e incluso alucinaciones visuales o auditivas.
Qué es la parálisis del sueño
Este fenómeno se produce cuando el cerebro y el cuerpo no se sincronizan al pasar por las fases del sueño, especialmente durante el sueño REM, en el que los músculos están temporalmente paralizados para evitar que actuemos nuestros sueños. Si despiertas antes de que esa fase termine, puedes quedar consciente pero inmóvil.
Causas más comunes
Aunque cualquiera puede experimentarla, la parálisis del sueño es más frecuente en personas con:
- Falta de sueño o horarios irregulares
- Altos niveles de estrés o ansiedad
- Trastornos como la narcolepsia
- Dormir boca arriba, lo que favorece interrupciones en la respiración y el descanso
Síntomas característicos
- Imposibilidad de moverse o hablar
- Sensación de peso en el pecho
- Presencia de figuras o sombras en la habitación
- Sensación de que alguien te observa o se sienta sobre ti
Estos síntomas suelen durar menos de dos minutos, aunque la sensación de miedo puede prolongarse mucho más.
Cómo prevenirla
No existe una cura definitiva, pero sí hábitos que reducen su frecuencia:
- Mantener horarios regulares de sueño
- Dormir entre 7 y 9 horas diarias
- Evitar cafeína y alcohol antes de dormir
- Practicar técnicas de relajación para reducir el estrés
- Cambiar de postura y dormir de lado
Cuándo consultar a un especialista
Si la parálisis del sueño ocurre con frecuencia, interfiere con tu descanso o se acompaña de somnolencia extrema durante el día, es recomendable acudir a un médico o especialista en sueño. En algunos casos, puede ser un signo de un trastorno subyacente que necesita tratamiento.
Dormir bien no solo previene este fenómeno, también mejora la salud física y mental. Con un descanso adecuado y hábitos saludables, es posible reducir al mínimo estas experiencias y recuperar la tranquilidad nocturna.