Un nuevo análisis científico vuelve a encender el debate sobre el impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud pública. La investigación sugiere que el riesgo de cáncer de colon podría aumentar entre los jóvenes que consumen grandes cantidades de estos productos. El estudio, publicado en una revista especializada, indica que el riesgo de cáncer de colon puede ser mayor en quienes incorporan cerca de diez raciones diarias de ultraprocesados.
Un seguimiento a largo plazo
El trabajo reunió datos de más de 29 mil enfermeras estadounidenses que participaron en un seguimiento desde 1991 hasta 2015. El objetivo fue evaluar la presencia de crecimientos precancerígenos en el colon, una señal temprana que podría anticipar un futuro diagnóstico. Según los resultados, las mujeres con alta ingesta de ultraprocesados presentaron un riesgo de cáncer de colon un 45 por ciento mayor antes de cumplir los 50 años, en comparación con quienes consumían mucho menos.
Los especialistas recuerdan que estos crecimientos, conocidos como adenomas, no son cáncer, pero sí marcan una mayor probabilidad de desarrollarlo con el tiempo. Este tipo de lesiones se ha vuelto cada vez más común en adultos jóvenes, un fenómeno que preocupa a investigadores y médicos en Estados Unidos.
Qué alimentos dominan en las dietas analizadas
Entre los productos más presentes en la alimentación de las participantes destacan panes industriales, cereales para el desayuno, salsas, cremas para untar y bebidas azucaradas o endulzadas artificialmente. En ese país, los ultraprocesados representan la mayoría de los alimentos disponibles en los supermercados, lo que dificulta mantener una dieta equilibrada.
Este estudio se suma a otras investigaciones que ya han vinculado estos productos con un mayor riesgo de adenomas colorrectales en edades tempranas. También se han relacionado con depresión, diabetes tipo 2 y un aumento de la mortalidad, lo que refuerza la urgencia de revisar los patrones de consumo.
Tras la publicación, uno de los autores señaló que los resultados no prueban una relación directa entre ultraprocesados y cáncer, aunque ofrecen pistas claras de que la alimentación puede influir de forma significativa en la salud a largo plazo.
El debate seguirá creciendo, pero lo que sí queda claro es que la conversación sobre el impacto de los ultraprocesados ya es imposible de ignorar en el ámbito de la salud pública.