El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negó este jueves las versiones de prensa que afirmaban que su Gobierno había enviado bombarderos B-1 cerca de Venezuela como parte de su estrategia para combatir el narcotráfico en la región.
“No, es falso”, respondió el mandatario durante una rueda de prensa en la Casa Blanca. Sin embargo, admitió sentirse “muy descontento” con el Gobierno de Nicolás Maduro.
El diario The Wall Street Journal había informado que dos bombarderos B-1 Lancer de la Fuerza Aérea estadounidense despegaron de la base Dyess, en Texas, y volaron cerca del espacio aéreo venezolano, aunque sin ingresar en él. El objetivo, según la publicación, sería aumentar la presión militar sobre el Gobierno venezolano, acusado por Washington de liderar una red de narcotráfico.
Los B-1 son aeronaves supersónicas capaces de transportar hasta 34.000 kilos de bombas y realizar misiones de vigilancia marítima, lo que despertó preocupación en Caracas por la posibilidad de una operación ofensiva.
Escalada de tensiones en el Caribe
La negación de Trump se produce en medio de un aumento de las operaciones militares estadounidenses en el Caribe y el Pacífico, con ataques recientes a embarcaciones que, según el Pentágono, transportaban drogas cerca de las costas de Colombia y Venezuela.
Además, medios estadounidenses han informado que Trump autorizó a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas dentro del territorio venezolano, un movimiento que ha elevado las tensiones diplomáticas entre ambos países.
Por su parte, el Gobierno de Maduro ha denunciado que su país se encuentra “bajo amenaza directa” de Estados Unidos, y ha ordenado reforzar la vigilancia marítima y aérea en sus fronteras.
El intercambio de acusaciones ocurre mientras Washington insiste en que su despliegue militar busca proteger rutas marítimas internacionales y frenar el tráfico de drogas hacia Norteamérica, una versión que Caracas rechaza por considerarla un pretexto para justificar una intervención.
