Un gran jurado federal imputó este jueves a James B. Comey, exdirector del Buró Federal de Investigaciones (FBI), quien dirigió la investigación sobre los posibles vínculos entre la campaña de Donald Trump en 2016 y Rusia.
Aunque los cargos aún no se han divulgado oficialmente, fuentes del Departamento de Justicia confirmaron a medios estadounidenses que Comey enfrenta acusaciones por un delito de declaración falsa y otro de obstrucción.
El caso fue presentado hace apenas unos días, luego de que el presidente Trump instara a la fiscal general, Pam Bondi, a actuar contra antiguos rivales políticos. Según la Administración, la conducta de Comey en redes sociales y en declaraciones públicas podría constituir un abuso de poder, mientras que sus partidarios aseguran que la imputación responde a motivos políticos.
El exdirector del FBI reaccionó con un mensaje en redes sociales donde expresó: “Estoy destrozado por el Departamento de Justicia, pero tengo gran confianza en el sistema judicial federal”. En un video añadió: “Soy inocente, celebremos un juicio y mantengamos la fe”.
Con esta decisión, Comey se convierte en el primer exalto funcionario procesado en relación con la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Trump, que en múltiples ocasiones ha calificado esa pesquisa como una “cacería de brujas”, despidió a Comey en 2017 en medio de fuertes tensiones por el manejo del caso.
El proceso judicial abre un nuevo capítulo en la larga controversia sobre la investigación de la injerencia rusa, que marcó la política estadounidense durante años y dividió profundamente a la opinión pública.