El tiempo de pantalla se ha convertido en parte esencial de la vida moderna. Entre teléfonos, computadoras y televisión, pasamos gran parte del día conectados. Sin embargo, estudios recientes advierten que el uso excesivo de pantallas puede tener efectos negativos en la salud mental, especialmente en jóvenes y adolescentes.
Lo que muestran los estudios
Investigaciones recientes han encontrado que las personas que pasan más de cuatro horas diarias frente a pantallas presentan mayor riesgo de sufrir síntomas de ansiedad, depresión y alteraciones del sueño. En adolescentes, este exceso de tiempo de pantalla también se asocia con menor autoestima y mayor sensación de aislamiento social.
Los especialistas explican que no se trata solo del número de horas, sino del tipo de actividad. El tiempo de pantalla que se dedica a estudiar o mantener contacto con seres queridos no tiene el mismo impacto que el uso pasivo o compulsivo de redes sociales.
Efectos sobre la mente y el cuerpo
- Alteraciones del sueño: la exposición prolongada al brillo y la luz azul puede afectar la producción de melatonina.
- Aumento de ansiedad y fatiga mental: la sobreexposición a redes y noticias puede elevar los niveles de estrés.
- Problemas de concentración: el uso constante de pantallas reduce la atención sostenida.
- Impacto físico: el sedentarismo relacionado con el exceso de tiempo de pantalla causa dolores musculares y postura deficiente.
Uso saludable de la tecnología
Para mantener una relación sana con la tecnología, los expertos recomiendan:
- Limitar el tiempo de pantalla recreativo, sobre todo en niños y adolescentes.
- Evitar pantallas una hora antes de dormir.
- Realizar pausas activas cada 45 minutos.
- Sustituir parte del tiempo digital por actividades al aire libre o interacciones presenciales.
- Establecer espacios sin pantallas, como el comedor o el dormitorio.
En resumen
El equilibrio es clave. Reducir el exceso de tiempo de pantalla y fomentar hábitos saludables mejora el sueño, la concentración y el bienestar emocional. No se trata de vivir sin tecnología, sino de usarla con conciencia y moderación.











