Las reflexiones musicales que Bad Bunny presenta en su más reciente disco, Debí tirar más fotos (DtMF), han llegado a los pasillos de la prestigiosa Universidad de Yale, donde su obra inspira un curso sobre la historia y cultura de Puerto Rico.
“Parte del trabajo de una universidad es entender el momento actual, y el momento actual es Bad Bunny”, explica a EFE el profesor Albert Laguna, encargado del curso sobre la “estética musical y política” del artista puertorriqueño.
El curso, que recibió más de 120 solicitudes para apenas 20 cupos, analiza cómo el cantante hila en clave urbana temas de política, denuncia social y vida cotidiana en la isla.
Un fenómeno cultural y académico
“No te tiene que gustar Bad Bunny para entender que es una figura importante en la historia de la música popular”, señala Laguna, quien enseña historia y cultura caribeñas desde 2012.
Su clase se ha convertido en una de las más populares del semestre y sirve como espacio para debatir la relación entre Estados Unidos y Puerto Rico, la corrupción, el colonialismo y la identidad caribeña.
Los estudiantes diseccionan cada canción del álbum DtMF, explorando géneros como la plena, la bomba, la salsa y el reguetón, y cómo estos ritmos tradicionales reflejan la historia social de Puerto Rico.
Una nueva mirada desde la academia
“Es una manera diferente de aprender historia”, comenta Samantha Yera, estudiante del curso. “Nunca había visto algo así. Hablar de Puerto Rico a través de la música de Bad Bunny me permite entender mejor su realidad actual.”
Para Michaell Santos, otro de los alumnos, la experiencia es un sueño: “Soy fanático de Bad Bunny, y esta clase me hace ver que su música es más que entretenimiento: es memoria, política y resistencia.”
Incluso los estudiantes que no hablan español participan activamente, apoyados en el diccionario El ABC de DtMF de la lingüista Maia Sherwood Droz, para entender las expresiones y referencias locales del disco.
Música, historia y futuro
El curso no solo analiza el legado musical de Bad Bunny, sino también su papel en el contexto global.
“Bad Bunny es un fenómeno cultural que conecta generaciones y rompe barreras lingüísticas”, afirma Laguna, quien destaca la importancia de estudiar a figuras contemporáneas en tiempo real.
“En vez de esperar 20 años, lo estamos analizando ahora, cuando sus canciones todavía resuenan en la calle y en la política”, añade Yera.
Para el profesor, estudiar a Bad Bunny es estudiar una parte esencial de la historia estadounidense:
“No se puede entender el presente ni el futuro de este país sin entender a la comunidad latina y el español. Bad Bunny es una puerta para hacerlo.”