Un equipo internacional liderado por la Universidad de Edimburgo concluyó que Ciudad de México ha recibido, en promedio, un centímetro de ceniza volcánica cada 900 años en los últimos 400.000. El hallazgo se basó en el análisis de un núcleo de 500 metros de sedimentos perforado en el lago de Chalco, al sureste de la capital.
El estudio identificó más de 450 capas de ceniza, además de depósitos de deslizamientos de tierra y coladas de lava. Según el vulcanólogo Alastair Hodgetts, un centímetro de ceniza es suficiente para afectar la salud de la población y colapsar infraestructuras como el alcantarillado. En uno de cada diez episodios, la capa superó los diez centímetros, lo que hoy podría causar daños graves y forzar evacuaciones masivas.
La mayoría de las erupciones registradas provienen de volcanes cercanos como el Popocatépetl y el Nevado de Toluca, aunque algunos indicios sugieren que parte de la ceniza podría haber viajado desde Guatemala. Los investigadores resaltan que este archivo geológico permite evaluar patrones de actividad a lo largo de casi medio millón de años, ofreciendo una base para dimensionar riesgos futuros en una ciudad rodeada de volcanes activos.
Los expertos subrayan que los datos no predicen cuándo ocurrirá la próxima erupción, pero ayudan a entender la magnitud del riesgo. Un solo centímetro de ceniza podría cerrar aeropuertos, interrumpir servicios básicos y afectar a millones de habitantes. El método de análisis también podría aplicarse en otras ciudades volcánicas de países como Italia, Nueva Zelanda o Indonesia.
El proyecto contó con la participación de investigadores de México, Reino Unido, Estados Unidos, Italia y España, bajo el International Continental Scientific Drilling Programme. Hodgetts destacó que este registro constituye “la memoria de cómo los volcanes han moldeado y amenazado a una de las mayores ciudades del planeta”.