El 15 de agosto de 1945, el emperador japonés Hirohito anunció la rendición de su país, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial tras casi seis años de combates. Aquel día, conocido como V-J Day (Victory over Japan Day), marcó el cierre de un conflicto que había comenzado en 1939 con la invasión alemana de Polonia y que dejó más de 60 millones de muertos en todo el mundo. Ocho décadas después, el recuerdo de la guerra sigue vivo, no solo por sus batallas y tragedias, sino también por episodios tan insólitos como ciertos, que muestran un lado inesperado de la historia.
En 1944, el Ejército de Estados Unidos creó la 23rd Headquarters Special Troops, conocida como Unidad Fantasma, formada por artistas, ingenieros y expertos en sonido que usaban tanques inflables, altavoces con grabaciones de batallas y transmisiones de radio falsas para engañar a las fuerzas nazis. Este despliegue de creatividad y estrategia logró salvar miles de vidas al confundir al enemigo sobre la ubicación real de las tropas aliadas.
Ese mismo ingenio se encontraba en figuras como Dusko Popov, un agente doble serbio que trabajó para los Aliados mientras fingía servir a la Alemania nazi. Su vida de lujos, audacia y operaciones de alto riesgo inspiró al escritor Ian Fleming para crear al famoso James Bond. Entre sus misiones más importantes estuvo filtrar información falsa para desviar la atención del desembarco en Normandía.
En pleno Día D, una paloma mensajera llamada Paddy protagonizó una de las hazañas más sorprendentes del conflicto. Transportó un mensaje crucial desde las playas de Francia hasta Inglaterra en 4 horas y 50 minutos, superando halcones entrenados por el enemigo y condiciones extremas. Por su valor y rapidez, recibió la Medalla Dickin, el mayor reconocimiento animal en servicio militar.
En mayo de 1945, mientras Japón aún combatía, el submarino alemán U-234 navegaba rumbo a su aliado nipón cargado con tecnología y uranio. Al conocer la rendición de Alemania, su capitán tomó una decisión inesperada: navegar hasta Portsmouth, New Hampshire, y entregarse a la Marina de Estados Unidos, evitando un último enfrentamiento que pudo haber tenido consecuencias graves.
Incluso en el frente terrestre hubo episodios que parecen sacados de una novela. Durante la campaña en Italia, un tanque británico fue alcanzado por fuego enemigo, pero un tronco de árbol atado al frente del vehículo, usado como protección improvisada contra minas, detuvo el proyectil antes de que atravesara el blindaje. La imagen quedó registrada como ejemplo de cómo la improvisación y un golpe de suerte podían salvar vidas en medio del caos.
A 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, estas historias insólitas y reales revelan que, más allá de la destrucción, existieron momentos de ingenio, valentía y circunstancias improbables que también forman parte de la memoria colectiva. Recordarlas es honrar a quienes vivieron la guerra y aprender de un pasado que cambió para siempre el rumbo del mundo.