Los Juegos Olímpicos y los Mundiales de fútbol masculino no generan los grandes beneficios económicos que se suelen prometer. Así lo demuestra un estudio conjunto de las universidades de Baleares y Oviedo, que concluye que sus efectos son modestos, temporales y distribuidos de forma desigual entre la población.
La investigación, publicada en la revista científica Tourism Management, analizó datos de 147 países entre 1991 y 2023 para evaluar el impacto de estos eventos sobre el turismo internacional, el PIB per cápita y el empleo en el sector servicios.
Efectos limitados y temporales
Según el estudio, los Juegos Olímpicos generan un aumento medio del PIB per cápita del 5,3 % antes del evento y del 10,5 % después, mientras que el empleo en los servicios crece apenas 1,2 puntos porcentuales.
En cambio, los Mundiales de fútbol muestran un impacto menor sobre el PIB, aunque sí se observa un incremento del empleo en servicios de hasta 2,2 puntos, debido a la distribución territorial de la competición, que reparte los beneficios entre varias regiones o países anfitriones.
En el caso del turismo, los Juegos Olímpicos registran un aumento de visitantes antes del evento seguido de una caída posterior, posiblemente por el encarecimiento de precios. En los Mundiales, no se detectan incrementos significativos en el flujo turístico global.
Riesgo de “resaca económica”
La catedrática Maria Santana, de la Universidad de las Islas Baleares, advierte que los beneficios “no son automáticos ni garantizados” y recomienda planificación económica rigurosa para evitar una “resaca económica” una vez concluidos los eventos.
El estudio concluye que, aunque los grandes acontecimientos deportivos pueden impulsar temporalmente la economía, no representan una fórmula sostenible de crecimiento. Los autores aconsejan convertir los impactos inmediatos en ventajas estructurales duraderas y alertan del riesgo de sobrecostes e inflación que pueden comprometer la rentabilidad a largo plazo.











