El papa León XIV pidió este martes a los seminaristas "que escuchen el clamor, a menudo silencioso, de los pequeños, los pobres y los oprimidos" en su mensaje en ocasión de su Jubileo que reunió a varios miles de ellos en la basílica de San Pedro. El pontífice estadounidense, que fue recibido con entusiasmo por …
León XIV pide a los seminaristas escuchar el grito de los pequeños, pobres y oprimidos
El papa León XIV pidió este martes a los seminaristas “que escuchen el clamor, a menudo silencioso, de los pequeños, los pobres y los oprimidos” en su mensaje en ocasión de su Jubileo que reunió a varios miles de ellos en la basílica de San Pedro.
El pontífice estadounidense, que fue recibido con entusiasmo por miles de seminaristas llegados de todo el mundo para la ocasión, les agradeció su alegría y energía que alimenta “la llama de la esperanza en la vida de la Iglesia”.
Y también, quiso en español, agradecer “haber aceptado con valentía la invitación del señor a entrar en el seminario”. “Hay que ser valientes y no tengan miedo”, dijo León XIV.
“El seminario, sea cual sea su concepción, debe ser una escuela de afectos. Hoy en particular, en un contexto social y cultural marcado por el conflicto y el narcisismo, necesitamos aprender a amar y a amar como Jesús”, señaló el papa en su meditación.
También les indicó la necesidad de la oración para llegar “a la interioridad” sobre todo “en una época en la que estamos hiperconectados y se hace cada vez más difícil experimentar el silencio y la soledad”.
Los invito “a invocar con frecuencia al Espíritu Santo, para que moldee en ustedes un corazón dócil, capaz de captar la presencia de Dios, también escuchando las voces de la naturaleza y el arte, la poesía, la literatura y la música, así como las ciencias humanas”.
Pero también “sobre todo, como Jesús, sepan escuchar el clamor, a menudo silencioso, de los pequeños, los pobres y los oprimidos, y de muchos, especialmente los jóvenes, que buscan un sentido a sus vidas”.
Y destacó que “también es importante, de hecho necesario, desde el Seminario, centrarse en la madurez humana, rechazando cualquier disfraz e hipocresía”.
“En un mundo donde a menudo hay ingratitud y sed de poder, donde a veces parece prevalecer la lógica del derroche, están llamados a ser testigos de la gratitud y la gratuidad de Cristo, del júbilo y la alegría, de la ternura y la misericordia de su Corazón”, destacó.
EFE