Imagínate poder ver sonidos, saborear palabras o sentir colores en la piel. Para algunas personas, esto no es una metáfora artística ni una fantasía: es su realidad diaria. Se trata de la sinestesia, una condición neurológica tan insólita como fascinante que mezcla los sentidos de formas que la mayoría no puede imaginar. En lugar de …
Sinestesia: el raro “superpoder” de los sentidos cruzados
Imagínate poder ver sonidos, saborear palabras o sentir colores en la piel. Para algunas personas, esto no es una metáfora artística ni una fantasía: es su realidad diaria. Se trata de la sinestesia, una condición neurológica tan insólita como fascinante que mezcla los sentidos de formas que la mayoría no puede imaginar.
En lugar de que cada sentido actúe por separado, en los sinestésicos, las conexiones cerebrales parecen tomar atajos inesperados. Así, una persona puede oír una nota musical y ver automáticamente un color asociado, o leer un número y sentir un sabor específico. Lejos de ser una discapacidad, la mayoría de quienes la experimentan la consideran un regalo peculiar.
Aunque por siglos se pensó que era solo una curiosidad artística o incluso una exageración, la ciencia moderna la ha validado con estudios de neuroimagen. Investigaciones con fMRI y EEG han demostrado que los sinestésicos activan zonas del cerebro que normalmente no se relacionan entre sí. Por ejemplo, alguien que ve colores al escuchar música activa no solo la corteza auditiva, sino también la visual, al mismo tiempo. En otras palabras, el cerebro literalmente “cruza los cables”.
Se han identificado más de 60 tipos de sinestesia, desde los más comunes como la grafema-color (ver letras o números en colores específicos), hasta los más raros como la sinestesia léxico-gustativa (saborear palabras). Algunos sinestésicos incluso afirman que los días de la semana o los meses tienen personalidad. Lunes puede ser un hombre gruñón. Julio, una mujer elegante. Aunque suene a fantasía, para ellos es una sensación automática, no algo que inventan.
¿Y cuán común es esto? Se estima que alrededor del 4% de la población tiene algún tipo de sinestesia, pero muchas personas no lo descubren hasta la edad adulta porque asumen que todos experimentan el mundo de esa manera. Algunos se enteran por casualidad, en una conversación: “¿cómo que no ves el número cinco en verde?”
Este fenómeno ha captado también el interés del mundo artístico y creativo. No sorprende que varios músicos, pintores y escritores famosos hayan tenido sinestesia. Por ejemplo, Pharrell Williams ve música en colores vibrantes, Billie Eilish describe ciertos sonidos como texturas, y Kanye West ha dicho que sus canciones “se ven” antes de crearse. El compositor clásico Franz Liszt llegó a pedir a sus músicos que tocaran “más azul” o “menos naranja” en los ensayos. El escritor Vladimir Nabokov también la experimentaba: cada letra del alfabeto tenía un color específico para él, algo que compartía con su esposa e hijo, quienes también eran sinestésicos.
Además del arte, hay estudios que sugieren que la sinestesia puede estar relacionada con la memoria superior, mayor capacidad asociativa, y una percepción sensorial más rica. Pero no todo es color de rosa: algunas combinaciones pueden resultar molestas o incluso desagradables para quienes la experimentan, como escuchar una palabra con un “sabor amargo” involuntario.
Hoy en día, la sinestesia sigue siendo estudiada con entusiasmo por neurocientíficos, artistas, y psicólogos. ¿Nacemos con ella y la perdemos con el tiempo? ¿Puede entrenarse? ¿Se puede inducir temporalmente con realidad virtual o estimulación cerebral? Las respuestas aún están en desarrollo, pero lo que es claro es que esta extraña mezcla sensorial es real, medible y profundamente humana.
Así que la próxima vez que alguien diga que la letra A es roja o que el nombre “Carlos” sabe a caramelo, no lo mires raro. Tal vez simplemente esté viviendo el mundo con los sentidos sintonizados en una frecuencia distinta.