Un equipo internacional de investigadores ha descubierto en el desierto de Nefud, en el norte de Arabia Saudí, un conjunto monumental de arte rupestre que data de entre 12.800 y 11.400 años. Los grabados, que representan animales como camellos, cabras montesas, équidos, gacelas y uros, alcanzan hasta tres metros de largo y dos de alto, lo que los convierte en algunos de los ejemplos más impresionantes y antiguos de la región.
Los resultados forman parte del Proyecto Arabia Verde y fueron publicados en la revista Nature por un grupo encabezado por el Instituto Max Planck de Alemania. En total se identificaron más de 60 paneles con 176 grabados en tres zonas inexploradas hasta ahora: Jebel Arnaan, Jebel Mleiha y Jebel Misma.
A diferencia de otros hallazgos previos, donde las imágenes se escondían en grietas, estos paneles fueron tallados en acantilados de hasta 39 metros de altura, en lugares de gran visibilidad. Para realizarlos, los artistas debieron escalar y trabajar en condiciones precarias, lo que refuerza la importancia simbólica de estas obras.
“El arte rupestre marca las fuentes de agua y las rutas de desplazamiento, lo que posiblemente signifique derechos territoriales y memoria intergeneracional”, explicó Ceri Shipton, investigador del University College de Londres.
El análisis de sedimentos confirma que en aquella época existían lagos estacionales, lo que habría facilitado la expansión humana hacia el interior del desierto. Además del arte rupestre, se encontraron 532 herramientas de piedra, incluidas puntas de estilo levantino, lo que apunta a contactos con poblaciones del Neolítico precerámico del Levante.
Según Maria Guagnin, del Instituto Max Planck, los grandes grabados eran algo más que arte: representaban declaraciones de presencia, acceso y pertenencia cultural. Estos hallazgos reafirman la importancia de Arabia Saudí como un punto clave en la historia temprana de las sociedades humanas.