El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, expresó este lunes su respaldo absoluto al almirante Mitch Bradley, quien estuvo al mando del ataque del 2 de septiembre en el Caribe, una operación militar que ha generado controversia por un presunto segundo disparo contra dos sobrevivientes de una embarcación señalada por transportar narcóticos.
En un mensaje publicado en X, Hegseth calificó a Bradley como “un héroe estadounidense” y afirmó que mantiene su apoyo “a las decisiones de combate que ha tomado, en la misión del ataque del 2 de septiembre en el Caribe y en todas las demás desde entonces”. En el momento de la operación, Bradley era comandante del Comando de Operaciones Especiales Conjunto.
La polémica creció luego de que The Washington Post, citando a funcionarios anónimos, reportara que después del primer bombardeo, en el que murieron 11 personas que iban a bordo de una presunta narcolancha, se habría ejecutado un segundo ataque dirigido a eliminar a dos sobrevivientes.
Durante la rueda de prensa en la Casa Blanca, la portavoz Karoline Leavitt afirmó que es “verdadera” la declaración de que Hegseth no dio directamente la orden del segundo disparo. Sin embargo, acusó al diario de difundir información falsa y defendió que el ataque inicial se ajustó a los protocolos operativos. Al ser cuestionada sobre qué ley autorizaría dejar sin supervivientes un ataque en alta mar, Leavitt evitó responder.
El ataque del 2 de septiembre en el Caribe activó las alarmas en el Congreso, donde varios comités iniciaron este lunes un proceso de supervisión más estricto. Legisladores han solicitado documentación al Pentágono y preparan audiencias para determinar si la operación pudiera constituir un crimen de guerra.
La revisión legislativa se centrará tanto en la naturaleza del operativo como en la cadena de mando que autorizó las acciones posteriores al primer bombardeo. El caso se convierte así en uno de los episodios militares más cuestionados del actual despliegue estadounidense en el Caribe.











