La compra de Warner Bros. Discovery se ha convertido en el conflicto empresarial más relevante del sector audiovisual en años. Netflix y Paramount Skydance, dos gigantes con ambiciones muy diferentes, compiten por hacerse con uno de los activos más estratégicos del entretenimiento global. El resultado podría acelerar una nueva ola de consolidación en un mercado estadounidense que ya está dominado por unos pocos conglomerados.
La ofensiva más reciente llegó este lunes, cuando Paramount lanzó una opa hostil valorada en 108.000 millones de dólares, superando la oferta de 82.700 millones presentada por Netflix, que ya había alcanzado un acuerdo preliminar con Warner. La compra de Warner Bros. Discovery queda ahora en manos de los accionistas, quienes decidirán cuál oferta consideran más ventajosa antes del 8 de enero de 2026.
Dos ofertas, dos futuros distintos
Paramount ofrece 30 dólares por acción en efectivo, una cifra superior a la propuesta de Netflix. Si se impone, se formaría un conglomerado más integrado que abarcaría producción, canales de cable, noticias y streaming. Para muchos analistas, esta integración ampliaría de forma notable el poder de mercado de la empresa resultante.
Netflix, en cambio, busca reforzar su liderazgo en streaming adquiriendo franquicias históricas de Warner, pero sin absorber el costo operativo de los canales de cable. Aun así, la empresa asegura estar superconfiada en concretar la compra de Warner Bros. Discovery bajo el acuerdo firmado previamente.
El capital detrás de Paramount
La operación de Paramount tiene un respaldo financiero poco habitual. Fondos soberanos de Arabia Saudí, Catar y Abu Dabi aportarían parte del capital, complementado con deuda asegurada por bancos estadounidenses. A esto se suma la participación de Jared Kushner, exasesor y yerno de Donald Trump, a través de su firma Affinity Partners, algo que ha generado inquietudes por la mezcla de intereses políticos y empresariales.
Para reducir riesgos regulatorios, Bloomberg señala que estos fondos extranjeros renunciarían a derechos de gobernanza y no participarían en decisiones estratégicas de Warner.
Qué puede ocurrir ahora
Netflix podría mejorar su oferta, pero la última palabra la tendrán los accionistas de WBD. La operación, además, deberá superar revisiones antimonopolio y de seguridad nacional. La senadora Elizabeth Warren calificó la propuesta de Paramount como “un incendio antimonopolio de cinco alarmas”, alerta que podría influir en el escrutinio final.
Aun así, si los accionistas consideran que la oferta de Paramount es más atractiva, la compañía podría desplazar a Netflix y abrir un nuevo capítulo en el proceso de compra.
Un sector que se mueve hacia más consolidación
La compra de Warner Bros. Discovery se enmarca en un momento de transición profunda. La industria audiovisual estadounidense está dominada por conglomerados como Disney, Netflix, Comcast NBCUniversal y Paramount, que controlan tanto la producción como la distribución global de contenido.
Analistas como Jessica Reif Ehrlich consideran que el sector necesita consolidarse para resistir la presión del streaming. Otros, como Ross Benes, apuntan a que un escenario con menos actores fuertes podría simplificar la relación con anunciantes, aunque también reduciría la competencia. Paul Erickson cree que este escenario impulsará nuevas alianzas, fusiones y adquisiciones.
La compra de Warner Bros. Discovery, en definitiva, es algo más que una simple adquisición. Es un movimiento que podría cambiar el equilibrio de poder en el entretenimiento mundial durante la próxima década.












