Elon Musk afirmó este martes que su paso por el Departamento de Eficiencia Gubernamental, el organismo creado por la Administración Trump para reducir el gasto público, tuvo algo de éxito, aunque dejó claro que no volvería a ocupar ese cargo. El empresario habló de su experiencia durante una entrevista en el pódcast de Katie Miller, exfuncionaria del Gobierno del expresidente.
“Tuvimos cierto éxito. Detuvimos mucho gasto que no tenía sentido, que era un despilfarro absoluto”, aseguró. Sin embargo, cuando se le preguntó si repetiría su rol dentro del Gobierno, respondió que no. Según dijo, habría preferido dedicarse de lleno a sus empresas en lugar de asumir la dirección del Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Musk, dueño de la red X y director ejecutivo de Tesla y SpaceX, fue uno de los principales donantes de la campaña de Trump. Se integró en enero al Gobierno encabezando el nuevo departamento, donde impulsó el despido de miles de empleados federales como parte de una estrategia agresiva para reducir costos. Esa participación política generó preocupación entre inversionistas justo en un momento en que Tesla registraba una desaceleración en ventas y aumentaban los actos vandálicos contra sus vehículos.
La relación entre Trump y Musk se deterioró rápidamente. En mayo, ambos rompieron públicamente tras un fuerte enfrentamiento por el paquete fiscal promovido por el presidente. Semanas más tarde, Musk oficializó su salida de la Administración.
La Casa Blanca anunció en noviembre la disolución del Departamento de Eficiencia Gubernamental, ocho meses antes del final previsto, aunque aseguró que varias de sus prácticas continuarán vigentes dentro de otras agencias federales. El departamento afirmó haber ahorrado 150.000 millones de dólares en gasto público, muy lejos de los dos billones que Musk había prometido recortar al asumir el cargo.
No obstante, expertos señalan que esa cifra no puede verificarse, ya que el organismo nunca publicó sus cuentas ni un desglose detallado de los programas modificados o eliminados. La falta de transparencia deja dudas sobre el verdadero impacto del departamento y sobre el alcance real de las medidas aplicadas.












