El Ejército de Estados Unidos llevó a cabo este jueves un nuevo ataque marítimo en el Caribe, frente a las costas de Venezuela, en lo que constituye la sexta ofensiva desde que la Administración de Donald Trump inició su campaña militar contra el narcotráfico en la región.
De acuerdo con funcionarios citados por la cadena CBS, el ataque fue ejecutado por miembros del Comando Sur estadounidense contra una embarcación que, según Washington, estaba vinculada al tráfico de drogas.
Aunque el presidente Trump no anunció la operación en sus redes sociales, como ha hecho en ocasiones anteriores, varias fuentes del Gobierno confirmaron el suceso y señalaron que hubo sobrevivientes, el primer incidente de este tipo desde el inicio de las ofensivas. En los ataques previos, se registraron al menos 27 muertos.
Escalada de operaciones en el Caribe
La acción se produce un día después de que Trump confirmara haber autorizado a la CIA a realizar operativos encubiertos en Venezuela, además de estudiar la posibilidad de ampliar las operaciones a tierra firme.
“Lo hemos frenado casi por completo por mar. Ahora lo frenaremos por tierra”, dijo Trump el miércoles, al defender el uso de misiles contra embarcaciones ligadas al narcotráfico.
Desde agosto, el Comando Sur ha desplegado buques, submarinos y aeronaves en el Caribe, bajo el argumento de frenar el tráfico de drogas. Sin embargo, los ataques han generado creciente tensión diplomática con el Gobierno de Nicolás Maduro, que ha denunciado incursiones en aguas cercanas a su territorio.
Tensión creciente con Caracas
El Ejecutivo venezolano ha calificado las operaciones estadounidenses como “provocaciones armadas” y ha ordenado reforzar las Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI) en la frontera con Colombia y en zonas costeras.
Mientras tanto, legisladores demócratas en Washington han pedido explicaciones al Pentágono por los ataques sin autorización del Congreso, alertando sobre un uso excesivo de la fuerza militar y la falta de transparencia sobre las víctimas de las operaciones.
El incidente de este jueves marca un nuevo capítulo en una ofensiva que, según la Casa Blanca, busca frenar el tráfico marítimo de fentanilo y cocaína, pero que para Caracas y varios analistas acentúa el riesgo de un enfrentamiento militar en el Caribe.
