Después de una maratónica derrota de 18 entradas ante los Dodgers de Los Ángeles, los Azulejos de Toronto encontraron nueva vida gracias al liderazgo y la determinación de Vladimir Guerrero Jr., quien los guio este martes a una victoria 1-6 que reavivó sus esperanzas en la Serie Mundial.
“Después de lo de ayer, fue una derrota dura, pero la superamos enseguida”, dijo el propio Guerrero Jr., visiblemente más sereno tras el triunfo. Con un jonrón de dos carreras frente a Shohei Ohtani, el dominicano marcó el rumbo del encuentro y encendió nuevamente la confianza del equipo canadiense.
Un swing que cambió la serie
El cuadrangular de Guerrero Jr. en el Dodger Stadium no solo quebró el dominio del estelar japonés, sino que lo convirtió en el máximo jonronero de la historia de los Azulejos en postemporada, con siete vuelacercas.
“Cuando conecté esa recta supe que no me la iba a repetir. Estaba listo para el rompiente”, explicó sobre el sweeper de 85 millas que mandó a las gradas.
Su dirigente, John Schneider, no escatimó elogios: “Ese swing fue de élite. Un sweeper está diseñado para provocar elevados, y Vladdy lo convirtió en una joya ofensiva. Es lo que hacen los grandes”.
El motor anímico del equipo
El equipo había quedado al límite tras agotar su bullpen y banca en la maratón del lunes. Pero Guerrero Jr., de apenas 26 años, se encargó de recordarles a todos por qué es el corazón de Toronto.
“Creo en este equipo. Es especial. Para nosotros es un juego, un lanzamiento a la vez”, declaró, con la calma de quien carga el peso de la franquicia sobre los hombros.
Su compañero Andrés Giménez, que también brilló en defensa, lo resumió así: “Vladdy es un fenómeno. Verlo salir al campo después de 18 innings perdidos y cambiar el ánimo del equipo con un swing… eso es liderazgo”.
Toronto vuelve a creer
La victoria permitió a los Azulejos equilibrar la serie frente a unos Dodgers que parecían imparables. Guerrero Jr. no solo devolvió la ventaja en el marcador, sino también el alma competitiva a un club que ahora mira con esperanza los próximos partidos.
“Es Toronto contra Los Ángeles, y este equipo nunca se rinde”, concluyó Schneider, mientras el dugout azul celebraba con energía renovada una noche que podría marcar el punto de inflexión de la Serie Mundial.