La firma Carolina Herrera hizo historia este jueves al presentar por primera vez fuera de Nueva York su colección principal, con un desfile en la emblemática Plaza Mayor de Madrid. El director creativo, Wes Gordon, definió el evento como una carta de amor a la capital española y a su energía cultural, en un espacio que nunca antes había albergado un espectáculo de moda de esta magnitud.
El vínculo de la familia Herrera con España fue clave para elegir el escenario. Carolina Adriana Herrera, hija de la diseñadora, vive en Madrid, y la marca forma parte del grupo español Puig. La decisión atrajo la atención de turistas y curiosos que siguieron el desfile desde terrazas, balcones y hasta tejados.
El ambiente se transformó en una celebración castiza, con canciones en español y una pasarela de más de un kilómetro donde modelos como Esther Cañadas, Blanca Padilla y Maika Merino lucieron diseños inspirados en la cultura madrileña. Hubo referencias al Madrid popular en flores como el clavel, la violeta y la rosa del Retiro, además de homenajes al arte de Goya y al cine de Pedro Almodóvar.
Las siluetas incluyeron guiños a las tradiciones taurinas, vestidos de chulapa reinterpretados y texturas que evocaban el empedrado de la plaza o las mantillas históricas. El color también fue protagonista: del rojo Herrera al burdeos, pasando por tonos azafrán, lila y rosa eléctrico.
El desfile también destacó por la colaboración de artesanos españoles. Sybilla aportó su estilo vanguardista, Palomo España reinterpretó la clásica camisa blanca de la casa, Capas Seseña rindió homenaje al dandismo y Andrés Gallardo diseñó joyería en porcelana inspirada en el clavel.
La jornada culminó con una fiesta en la que se presentó el nuevo perfume de la firma, La Bomba, con Vittoria Ceretti como imagen. El desfile no solo mostró la moda de primavera 2026, sino que se consolidó como un tributo a la ciudad y a la artesanía española.