La historia entre Belinda y Lupillo Rivera, que comenzó como un aparente romance televisivo, se ha transformado en un caso legal con gran impacto mediático. La cantante mexicana y el intérprete regional mexicano protagonizan una de las controversias más comentadas del año, con denuncias cruzadas, acusaciones de violencia mediática y debates sobre el respeto a la intimidad en la industria del entretenimiento.
Un vínculo que se volvió público
Todo comenzó en 2019, cuando ambos coincidieron como jueces en el programa La Voz México. Desde entonces, los rumores de una relación sentimental se propagaron rápidamente, alimentados por el gesto de Lupillo de tatuarse el rostro de Belinda en el brazo. Aunque ninguno confirmó la relación formalmente, la especulación mediática no se detuvo.
Tras su ruptura, Rivera habló públicamente sobre lo ocurrido entre ambos, primero en entrevistas y luego en su libro autobiográfico Tragos Amargos, publicado en septiembre de 2025. En él, incluyó referencias a su supuesto vínculo con Belinda, lo que encendió la polémica.
La denuncia de Belinda
El 2 de octubre de 2025, Belinda, a través de su equipo legal Maceo, Torres & Asociados, presentó una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) por presunta “violencia digital y mediática”. Según el documento, las declaraciones y publicaciones de Rivera habrían vulnerado su derecho a la privacidad y su integridad moral.
Días después, la Fiscalía emitió medidas de protección a favor de la cantante, entre ellas la prohibición para que Lupillo Rivera se acerque o se comunique con ella, así como la eliminación de contenido relacionado en redes sociales.
La respuesta de Lupillo Rivera
El 17 de octubre, Rivera respondió presentando una contrademanda contra Belinda por “difamación y declaraciones falsas que afectan su imagen pública”. El cantante, que ha insistido en su inocencia, aseguró que sus declaraciones han sido malinterpretadas y que la artista busca “silenciarlo” en temas personales que él considera parte de su libertad de expresión.
Lo que está en juego
Este enfrentamiento no solo tiene implicaciones personales, sino también legales y culturales. Especialistas en comunicación y género señalan que el caso podría marcar un precedente sobre la aplicación de las leyes mexicanas de violencia digital y mediática, que buscan proteger la imagen y la privacidad de las mujeres ante el escrutinio público.
Mientras tanto, Belinda ha recibido apoyo de seguidores y colectivos feministas que ven en su denuncia una forma de visibilizar la violencia simbólica y el acoso mediático que muchas figuras femeninas enfrentan. Por su parte, Rivera mantiene una base de seguidores que defienden su derecho a expresarse y piden que el conflicto se resuelva con transparencia.
Lo que viene
Ambas partes se preparan para una serie de audiencias que definirán el curso de las denuncias. Aunque se especula sobre un posible acuerdo extrajudicial, ninguna de las partes ha confirmado esa opción. Lo cierto es que este caso ha trascendido el terreno del espectáculo para convertirse en un símbolo del debate entre privacidad, libertad de expresión y violencia mediática en el mundo del entretenimiento latino.