Cada año, miles de personas en el mundo esperan un trasplante de órgano que podría salvarles la vida o mejorar de manera significativa su calidad de vida. Sin embargo, la lista de espera suele ser mucho más larga que el número de órganos disponibles. Comprender cómo funciona la donación, quién puede ser donante y por qué tantas personas siguen dudando en registrarse es fundamental para entender este dilema de salud pública.
Cómo funciona la donación
La donación de órganos puede ser de dos tipos:
- Donante fallecido: ocurre cuando una persona ha fallecido, generalmente por muerte cerebral confirmada, y sus órganos aún se encuentran en buen estado.
- Donante vivo: en algunos casos se pueden donar órganos o tejidos en vida, como un riñón o parte del hígado, siempre y cuando el donante esté sano y cumpla con criterios médicos estrictos.
Una vez que se autoriza la donación, los órganos se asignan a receptores compatibles a través de sistemas nacionales que consideran la gravedad de la enfermedad, la compatibilidad de tejidos y el tiempo en lista de espera.
Quién es elegible
En principio, cualquier persona puede ser donante, independientemente de su edad o condición médica. La decisión final depende de los médicos, que evalúan la viabilidad de los órganos al momento de la donación. Incluso personas de edad avanzada o con ciertas enfermedades pueden donar tejidos como córneas o válvulas cardíacas.
¿Se reciben los trasplantes a tiempo?
La realidad es que muchas veces no. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, decenas de miles de pacientes mueren cada año en lista de espera porque el órgano que necesitan nunca llega a tiempo. En Estados Unidos, la United Network for Organ Sharing (UNOS) estima que cada día mueren en promedio 17 personas esperando un trasplante.
Los tiempos de espera varían según el órgano: en algunos casos, como los riñones, la espera puede extenderse por años, mientras que otros, como el corazón o el hígado, requieren asignación inmediata para que el paciente sobreviva.
Aspectos éticos y dilemas culturales
La donación de órganos plantea preguntas éticas profundas. Algunos dilemas comunes incluyen:
- Consentimiento: en algunos países la donación es voluntaria y debe estar registrada, mientras que en otros rige el modelo de consentimiento presunto, donde todos son considerados donantes a menos que expresen lo contrario.
- Religión y creencias: ciertas comunidades tienen reservas sobre la integridad del cuerpo después de la muerte.
- Desconfianza en el sistema de salud: en algunos sectores, existe el temor de que un paciente no reciba todos los cuidados posibles si es conocido como donante.
Por qué la gente no quiere donar
Las razones más frecuentes para no registrarse como donante incluyen:
- Falta de información sobre el proceso.
- Mitos, como la creencia de que los médicos no harán lo suficiente por salvar al paciente si saben que es donante.
- Creencias culturales o religiosas.
- Desconfianza hacia el sistema de distribución de órganos.
Cómo apoyar a un ser querido en espera de trasplante
Para las familias que enfrentan la incertidumbre de la lista de espera, el apoyo emocional es crucial. Existen grupos de pacientes y organizaciones sin fines de lucro que ofrecen asesoría, acompañamiento psicológico y orientación sobre los derechos del paciente.