En septiembre de 1982, una serie de muertes súbitas en el área de Chicago conmocionó a Estados Unidos. Siete personas, entre ellas una niña de 12 años, fallecieron después de tomar cápsulas de Tylenol que habían sido manipuladas con cianuro. Este crimen, conocido como los asesinatos de Tylenol, no solo sembró el miedo en millones …
El misterio sin resolver de los asesinatos de Tylenol: el crimen que cambió la seguridad del consumidor
En septiembre de 1982, una serie de muertes súbitas en el área de Chicago conmocionó a Estados Unidos. Siete personas, entre ellas una niña de 12 años, fallecieron después de tomar cápsulas de Tylenol que habían sido manipuladas con cianuro. Este crimen, conocido como los asesinatos de Tylenol, no solo sembró el miedo en millones de hogares, sino que también transformó para siempre las normas de seguridad en productos de consumo.
Un crimen que estremeció a una nación
Todo comenzó el 29 de septiembre de 1982, cuando Mary Kellerman, de 12 años, murió tras tomar una cápsula de Tylenol extra fuerte. Ese mismo día, Adam Janus, un joven de 27 años, falleció después de ingerir el mismo medicamento. Mientras su familia se reunía para consolarse, su hermano Stanley y su cuñada Theresa también murieron tras tomar pastillas del mismo frasco. Las autoridades pronto descubrieron que todas las víctimas habían consumido cápsulas contaminadas con cianuro de potasio.
Según reportes oficiales, las cápsulas fueron abiertas, contaminadas y luego selladas nuevamente antes de colocarlas de regreso en los estantes de distintas farmacias. El acto parecía aleatorio y sin conexión aparente con las víctimas. La histeria colectiva se propagó rápidamente, y la confianza del público en los medicamentos de venta libre se desplomó.
La respuesta de Johnson & Johnson
La empresa fabricante, Johnson & Johnson, respondió de forma rápida y sin precedentes. Retiró más de 31 millones de frascos del producto en todo el país y cooperó con las autoridades en la investigación. De acuerdo con informes de la época, la compañía invirtió millones de dólares en mejorar la seguridad de sus productos y rediseñar sus empaques.
Este evento llevó a la creación de nuevos estándares de seguridad, como los envases a prueba de manipulaciones y los sellos de seguridad. Además, el Congreso de Estados Unidos aprobó en 1983 una ley federal que tipificaba como delito la manipulación de productos de consumo.
Sospechas sin resolución
Durante la investigación, un hombre llamado James W. Lewis envió una carta a Johnson & Johnson exigiendo un millón de dólares para detener los asesinatos. Fue arrestado y condenado por extorsión, pero nunca se le pudo vincular directamente con las muertes. Pasó 13 años en prisión, y aunque muchos lo consideran el principal sospechoso, no se le presentaron cargos por homicidio.
Según declaraciones del FBI, a pesar de décadas de investigación, el caso sigue oficialmente abierto. En 2023, Lewis fue encontrado muerto en su casa en Massachusetts, sin que se le imputaran nuevos cargos relacionados con el caso.
El caso revive en Netflix
En 2025, Netflix lanzó una docuserie titulada Cold Case: The Tylenol Murders, que reexamina el caso con nuevas entrevistas, archivos de la investigación y la participación de exagentes federales. Según los creadores del documental, la serie busca arrojar nueva luz sobre uno de los crímenes sin resolver más impactantes del siglo XX.
Un legado de prevención
Los asesinatos de Tylenol marcaron un antes y un después en la historia del consumo masivo. Millones de productos farmacéuticos y alimenticios hoy incluyen medidas de seguridad inspiradas directamente en este caso. Aunque el responsable nunca fue identificado, las vidas perdidas llevaron a cambios que protegen a millones de personas en la actualidad.