Un estudio del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) ha revelado que el llamado “insecto matador” (Bitta alipes), presente en los bosques de Panamá, utiliza sus llamativas patas traseras como mecanismo de defensa y no como parte de un ritual de cortejo, como se creía hasta ahora.
El hallazgo, liderado por el científico Ummat Somjee junto a Connor Evans-Blake y Juliette Rubin, analizó cerca de tres mil movimientos de patas. Los investigadores concluyeron que el complejo agitar de sus “banderas rojizas” ocurre cuando se aproxima el peligro, lo que convierte esta conducta en una estrategia anti-depredador.
Antes se pensaba que los machos agitaban sus patas para atraer a las hembras, pero los científicos comprobaron que tanto machos como hembras realizan estos movimientos, sin relación alguna con el cortejo.
Las observaciones en Panamá y la revisión de videos en línea mostraron que al menos cinco especies relacionadas con patas en forma de bandera presentan un comportamiento similar. Esto sugiere que el agitar de las patas es parte de una estrategia evolutiva común entre insectos que se alimentan de enredaderas de pasiflora, plantas conocidas por contener toxinas.
Aunque los investigadores creen que el movimiento podría comunicar toxicidad, confundir la visión de los depredadores o incluso intimidarlos, el mecanismo exacto sigue siendo un misterio. Lo que sí está claro es que este comportamiento no es un simple espectáculo, sino una sofisticada herramienta de supervivencia.