El síndrome del intestino irritable (SII) ha sido durante años uno de los misterios más frustrantes de la medicina digestiva. Afecta a millones de personas en todo el mundo, causando dolor abdominal, hinchazón, gases y alteraciones en el tránsito intestinal. Sin embargo, estudios recientes han encontrado una posible causa común: una bacteria intestinal que podría estar presente en la mayoría de los pacientes diagnosticados.
Una pista en el microbioma
Durante mucho tiempo, los médicos creyeron que el síndrome del intestino irritable era principalmente funcional, es decir, que el intestino no presentaba daño físico visible. Pero nuevas investigaciones han cambiado esa percepción. Se ha descubierto que muchas personas con SII albergan niveles anormales de ciertas bacterias intestinales, particularmente del tipo que produce toxinas o altera la comunicación entre el intestino y el sistema nervioso.
El intestino humano contiene billones de microorganismos que conforman el microbioma intestinal, un ecosistema que influye en la digestión, la inmunidad e incluso el estado de ánimo. Cuando ese equilibrio se altera —por el uso excesivo de antibióticos, infecciones o dietas bajas en fibra— puede surgir inflamación, sensibilidad intestinal y síntomas que coinciden con el síndrome del intestino irritable.
El papel de la bacteria y las nuevas terapias
En varios estudios, se ha detectado una bacteria llamada Methanobrevibacter smithii y otras especies relacionadas con el exceso de gas y distensión abdominal. También se ha observado que algunos casos de SII comienzan después de una infección intestinal o intoxicación alimentaria, lo que sugiere que la bacteria podría desencadenar una respuesta inmune persistente.
Esta línea de investigación ha abierto la puerta a nuevos tratamientos basados en antibióticos específicos, probióticos y cambios en la dieta. Algunos pacientes han mostrado mejoría notable al modificar su microbioma mediante terapias dirigidas, lo que refuerza la idea de que el SII tiene un componente bacteriano mucho más relevante de lo que se pensaba.
Más allá de los síntomas
Los expertos destacan que el síndrome del intestino irritable no debe tratarse como una simple molestia digestiva. Es una condición real que puede afectar seriamente la calidad de vida. Comprender el papel de las bacterias en el intestino podría no solo mejorar los tratamientos, sino también ayudar a prevenir el desarrollo del síndrome en personas con predisposición.