Sudán vivió este jueves un giro inesperado en su conflicto interno cuando tanto el Gobierno como las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) anunciaron su disposición a colaborar con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras las declaraciones del mandatario asegurando que buscará una salida política a petición del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán.
En un comunicado difundido en las últimas horas, el Ejecutivo sudanés agradeció públicamente los esfuerzos de Washington y Riad para promover “una paz justa y equitativa”, al tiempo que aseguró estar listo para cooperar en cualquier iniciativa que permita detener la violencia.
“Reafirmamos nuestra disposición a colaborar para alcanzar la paz a la que aspira el pueblo sudanés”, señaló el mensaje.
Reacción del Gobierno y de los militares
El primer ministro, Kamil Idris, también confirmó que está preparado para dialogar “firmemente” con Trump y Bin Salmán para avanzar hacia la estabilidad, mientras que el jefe del Ejército y figura dominante del país, Abdelfatah al Burhan, agradeció públicamente la mediación saudí y estadounidense.
“Gracias, su Alteza el príncipe Mohamed bin Salmán. Gracias, Presidente Donald Trump”, escribió al Burhan en su cuenta oficial de X.
Para un conflicto que lleva más de dos años sin una salida clara, el gesto de ambas partes constituye uno de los signos más directos de apertura desde el inicio de la guerra, marcada por la fragmentación territorial, desplazamientos masivos y un deterioro humanitario que organismos internacionales califican como el peor del mundo en este momento.
FAR también abre la puerta
Elbasha Tibeig, principal asesor del líder de las FAR, aseguró que el grupo “acoge con satisfacción” las palabras de Trump y su interés en detener un conflicto que ha dejado millones de desplazados y millones más en condiciones humanitarias extremas.
Sin embargo, advirtió que cualquier acuerdo deberá atacar el origen de la crisis, establecer garantías de ciudadanía y sentar las bases de un nuevo Ejército profesional. “Una paz que no aborde las raíces del conflicto solo perpetuará la espiral de violencia”, afirmó.
La promesa de Trump y la presión diplomática saudí
Trump declaró el miércoles que su Gobierno “empezará a trabajar en Sudán” tras una reunión en la Casa Blanca con Bin Salmán, quien le habría explicado la situación en detalle. El presidente estadounidense aseguró que intentará mediar directamente para frenar la guerra, iniciada el 15 de abril de 2023 tras el fracaso de las negociaciones para integrar a las FAR dentro de las Fuerzas Armadas.
Es la primera vez en meses que ambas partes coinciden públicamente en su disposición a colaborar, después de rechazos repetidos a propuestas de alto el fuego respaldadas por Estados Unidos, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí.
Una crisis que no da tregua
El conflicto sudanés ha dejado decenas de miles de muertos, más de 13 millones de desplazados y a más de la mitad de la población en inseguridad alimentaria severa, según las Naciones Unidas.
Tanto el Ejército como las FAR han sido acusados por Estados Unidos, la ONU y organizaciones humanitarias de cometer crímenes de guerra. Las denuncias se intensificaron tras la caída de la ciudad de Al Fasher en manos de las FAR, punto que desencadenó reportes de ejecuciones, violencia sexual y ataques con motivaciones étnicas.
En respuesta, el Ejército lanzó una nueva ofensiva en el oeste del país para frenar el avance paramilitar hacia Jartum, en una guerra que sigue fragmentando el territorio y dificultando el acceso humanitario.
Aunque las declaraciones de este jueves no garantizan un acercamiento inmediato, sí representan un raro momento de coincidencia en un conflicto marcado por la desconfianza profunda entre ambos bandos.











