El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que este viernes recibirá en la Casa Blanca al alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani, quien asumirá el cargo el 1 de enero. El encuentro se producirá después de meses de tensión pública entre ambos, marcada por fuertes críticas del demócrata hacia el mandatario.
Trump informó de la reunión a través de su cuenta oficial en Truth Social, donde aseguró que Mamdani solicitó el encuentro y lo calificó como “alcalde comunista”. No dio más detalles sobre la agenda, aunque fuentes cercanas al equipo de Mamdani confirmaron que la participación del alcalde electo busca abrir un espacio de diálogo sobre los retos económicos que enfrenta la ciudad.
Mamdani, el primer alcalde musulmán en la historia de Nueva York, ha centrado su discurso en las dificultades que enfrentan los neoyorquinos ante el alto costo de vida. En declaraciones recientes, afirmó que quiere “hablar con franqueza” con el presidente sobre cómo las decisiones federales han afectado a la ciudad y qué se puede hacer para aliviar la carga financiera de los hogares.
El futuro alcalde, nacido en Uganda e hijo de inmigrantes, ganó las elecciones con un programa que proponía congelar los alquileres regulados, volver gratuitos los viajes en autobús y promover la creación de supermercados municipales para combatir la falta de acceso a alimentos asequibles en varios vecindarios.
También ha sido una voz muy crítica frente al uso de la Guardia Nacional en ciudades gobernadas por demócratas. Hace apenas unas semanas pidió públicamente a la Casa Blanca que desistiera de desplegar tropas en Nueva York, como ha ocurrido en Chicago o Portland durante operativos impulsados por el Gobierno federal.
Aunque no está claro si estos temas se abordarán en la reunión, el encuentro representa el primer contacto directo entre ambos desde los comicios locales del 4 de noviembre, que Mamdani ganó como uno de los candidatos más jóvenes y con una agenda abiertamente progresista.
La reunión de este viernes podría marcar el tono de la relación entre la Casa Blanca y la mayor ciudad del país durante los próximos años, en un momento en el que Nueva York enfrenta presiones económicas, tensiones migratorias y demandas crecientes de servicios públicos.











