El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró este lunes que su país enfrenta una “agresión” directa de Estados Unidos tras el despliegue de ocho buques con misiles y un submarino nuclear en el Caribe, cerca de aguas territoriales venezolanas. Washington ha justificado la operación como parte de sus acciones contra el narcotráfico, pero Caracas lo interpreta como una amenaza militar.
“Venezuela ejerce el legítimo derecho a la defensa y lo ejercemos plenamente. No es tensión, es agresión en toda la línea: judicial, política, diplomática y ahora militar”, afirmó Maduro en rueda de prensa desde el Palacio de Miraflores.
Según el mandatario, los barcos estadounidenses se encuentran en zonas cercanas a la fachada atlántica venezolana, mientras que aviones de reconocimiento también habrían sobrevolado la región en los últimos días. “Se trata de una provocación peligrosa que busca intimidar a nuestro pueblo”, advirtió.
El despliegue estadounidense coincide con crecientes fricciones diplomáticas. Washington acusa a altos funcionarios venezolanos de facilitar operaciones de narcotráfico, mientras que Caracas denuncia una campaña de “criminalización” destinada a aislar al Gobierno.
Analistas señalan que esta escalada ocurre en un momento de especial vulnerabilidad económica para Venezuela, que enfrenta sanciones internacionales y una caída en la producción petrolera. Sin embargo, Maduro aseguró que el país cuenta con apoyo militar interno y externo para “defender cada centímetro de soberanía”.
Hasta el momento, el Departamento de Defensa de EE.UU. no ha confirmado públicamente los movimientos navales descritos por Venezuela, aunque fuentes militares citadas por medios estadounidenses sostienen que la operación forma parte de maniobras rutinarias de seguridad marítima.
La tensión en el Caribe se suma a otros choques recientes, como las sanciones financieras renovadas la semana pasada y la decisión de la Casa Blanca de mantener restricciones sobre empresas vinculadas al sector petrolero venezolano.
Maduro concluyó su mensaje con un llamado a la unidad nacional frente a lo que calificó de “hostigamiento imperial”: “Nuestro pueblo no se doblega. Venezuela no será colonia de nadie. Frente a cada agresión, responderemos con dignidad y con la verdad de nuestra historia”.