El técnico español Luis Enrique Martínez sorprendió al mundo del fútbol al dirigir al PSG dos primeras partes desde la grada para ganar perspectiva táctica, pero no lo hará este domingo en el clásico contra el Marsella. El entrenador explicó que las razones son principalmente de seguridad y por su condición física, ya que aún lleva un cabestrillo tras fracturarse la clavícula.
El pasado domingo ante el Lens (2-0) y el miércoles contra el Atalanta en Champions (4-0), Luis Enrique siguió los primeros 45 minutos desde una grada cercana a la tribuna de prensa en el Parque de los Príncipes. Con micrófono y cascos, estuvo en contacto directo con su asistente Rafa Pol, quien transmitía las instrucciones desde el banquillo.
La experiencia, inspirada en técnicas ya empleadas por entrenadores de rugby, le permitió obtener información valiosa para corregir en el descanso, pero el escenario será distinto en el Vélodrome de Marsella, donde el ambiente y la rivalidad hacen más arriesgada esta práctica.
“Fuera de casa no me atrevo, sobre todo en Marsella. Esta vez estaré con mis jugadores para sentir el calor”, señaló el exentrenador del Barcelona.
Luis Enrique confirmó que entrenar desde las alturas seguirá siendo “una opción interesante” en partidos futuros, pero en Marsella volverá al área técnica desde el inicio, consciente de la tensión que envuelve este clásico francés.