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Cómo la meditación puede beneficiar tu salud intestinal

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© Anatolii Savitskii | Dreamstime.com

En estudios recientes los investigadores exploran una conexión cada vez más clara entre la práctica regular de meditación profunda y mejoras en la salud intestinal. Aunque todavía no se ha demostrado causalidad definitiva, los hallazgos sugieren que meditar podría cambiar favorablemente el microbioma, reducir la inflamación y mejorar el bienestar general.

El intestino y el cerebro están conectados por lo que se conoce como el eje intestino-cerebro, un sistema de comunicación bidireccional que involucra señales nerviosas, metabólicas e inmunológicas. El microbioma intestinal produce compuestos neurotransmisores como la serotonina y GABA que no solo regulan funciones digestivas, sino también el estado de ánimo. Cuando el microbioma se desequilibra, pueden aparecer problemas como inflamación intestinal, molestias digestivas, ansiedad o depresión.

Un estudio con monjes budistas tibetanos que practican meditación profunda durante años comparó su microbioma intestinal con el de personas que viven cerca pero no meditan. En los monjes se encontraron niveles más altos de bacterias consideradas beneficiosas, como Prevotella, Bacteroides, Megamonas y Faecalibacterium. Estos perfiles fueron asociados con marcadores más bajos de lípidos en sangre relacionados con enfermedades cardiovasculares, y menos señales de inflamación. También se observó que algunos cambios se mantenían meses después de retiros intensivos de meditación.

Los mecanismos detrás de estos efectos incluyen, principalmente, la reducción del estrés crónico. Al bajar la activación del sistema de estrés, disminuyendo hormonas como el cortisol y reduciendo la respuesta inflamatoria, el cuerpo mejora la motilidad intestinal, refuerza la barrera intestinal y promueve el equilibrio microbiano. La respiración consciente, la relajación guiada y la meditación mindfulness muestran serias promesas como herramientas para activar estos procesos.

No todos los estudios son perfectos. Las muestras suelen ser pequeñas, muchos participantes comparten estilos de vida similares, y en algunos casos la dieta también influye, lo que complica separar el efecto pionero de la meditación de otros factores. Aun así, los especialistas coinciden en que los beneficios podrían ser reales si se practica la meditación con constancia.

Si te interesa probar la meditación para mejorar tu salud intestinal aquí tienes algunas ideas: empezar con sesiones de cinco a diez minutos al día, usar ejercicios de respiración profunda, practicar mindfulness o meditación guiada, y combinarlo con una alimentación rica en fibra, vegetales, alimentos fermentados y dormir bien.

El Especialito

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